1. Jubilada necesita emociones fuertes


    Fecha: 12/02/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Nazareno Cruz, Fuente: CuentoRelatos

    ... goce producido por mi lengua, me incrusta hasta frotarme con los vellos húmedos.
    
    El orgasmo la sorprendió, subida en la cresta de la ola contra los acantilados, sacudida y latiendo epítetos, pidiendo más acción, zarandea su pelvis, estruja sus pechos, muerde los labios. Todo a la vez, agitada, temblando, solo aflojó la tensión cuando dejé de asediar su deliciosa cuevita.
    
    -Vamos, vamos a la cama, no me aguanto, necesito esta cosota dentro…
    
    Me llevó tomado de la “cosota” sin parar de elogiarla por gruesa y por dureza, que había tenido un amante así de dotado, que ahora está alucinando con tenerlo en su otra boca.
    
    Era una mujer que sabía lo quiere, directa, me tumbó de espaldas, se tumbó encima, mamando y pajeando a todo dar. Solo se la sacaba para amenazarme con que me mataría cogiendo, que ahora sentiría lo que es una hembra caliente, una perra ardiente.
    
    -Bebé ahora vas a sentir lo que es una concha bien apretada. Desde el parto me la dejaron más estrecha que antes de parir, todos cuantos pasaron elogiaron esta cualidad, ahora te toca probarla.
    
    Sin darme tiempo a nada, se ahorcajó, separó los labios y se fue dejando caer, despacio, sentía como esa boca pulposa se abría dejando entrar la verga. La pausa fue solo para sentirla latir dentro, apoyó sus manos en mi pecho, despacio comenzó el subibaja, echando el torso hacia adelante, lento y pausado.
    
    Es la quietud que precede al huracán, mueve y agita su cuerpo, la dinámica del erotismo en su máxima ...
    ... expresión, sabe gozar y hacer gozar, la pelvis toma el ritmo de los labios vaginales. Es una máquina que succiona mis sentidos, todo nervio, todo lujuria, los gemidos llenan el cuarto de música.
    
    No afloja, exige y se entrega al placer de dar y recibir, me cuesta seguirle el vibrante ritmo de la cogida, tomé sus tetas con las manos, estrujando y apretando más de lo usual.
    
    -Sí, sí, así, apriétame las tetas! Sí, fuerte, fuerte, no se rompen, dale, dale! Más, más…
    
    Galopa en el corcel desbocado de la desmesura, los gemidos se tornan gritos, las caricias nalgadas, todo comienza a girar al son de esta máquina de garche. La naturaleza de la excitación la eleva, agita y sacude en el torbellino del orgasmo, explosivo y contundente.
    
    Se dejó caer con todo el peso de su cuerpo sobre el pene, un momento de silencio y elevarse para retomar el ritmo, una segunda y otra y otra… vez con el efecto devastador de sus orgasmos llevados al paroxismo sexual, los labios vaginales siguen moviéndose aprisionando la verga.
    
    Mientras ella dibuja su placer puedo demorar y prolongar el mío, ahora es mi tiempo, las manos bajo las nalgas ayudan a elevarse, sus manos agarradas de los barrotes de la cabecera de la cama ayudan a moverse, contagio el ritmo, un nuevo orgasmo esta en ciernes, mi eyaculación llega a la cúspide de la lujuria.
    
    -Me voy, me voy mamiiii
    
    -Apura, apura, más, más voy también...
    
    Llegamos juntos, el mismo grito, la misma gloria. La pausa, el silencio, la risa sin sentido, la ...
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