Sexo en el vapor, realizando fantasías (Ángel y Damián) - Relatos Eróticos

Sexo en el vapor, realizando fantasías (Ángel y Damián)

... había retirado sus tenis, así que estábamos casi igual, a excepción que yo aún traía mi bóxer y la playera. Sus manos tocaron los tirantes de mi playera y comenzó a quitármela poco a poco. Cuando me quitó por completo la playera pude ver que tenía su axila tapizada por vellos, lo cual me provocaba una mayor excitación. Me acerqué y comencé a lamer sus axilas, algo que parece le gustó mucho, y a mí también. Siempre había querido hacer algo así con él. Su pene se encontraba completamente erecto, parecía piedra, duro, rígido, las venas se le marcaban perfectamente. En tan solo unos segundos los poderosos 20 o 21 cm del pene de Ángel, habían conseguido que yo comenzara a salivar. En ese momento lo único que quería era tener su verga en la boca y después dentro de mí. ¡Maldición! Tenía algo de tiempo que no teníamos sexo ( como 5 o 6 meses por el tiempo que no teníamos entre escuela y trabajo), mi pene pedía a gritos escapar de la tela del bóxer. Mi abdomen comenzaba a sentirse más caliente y mi respiración aumentaba. Puse mis rodillas sobre el asiento de azulejo que se encontraba en el vestidor antes de entrar a la sala del vapor. Ángel se postró detrás de mí y bajo a mí culo y sin darme algún aviso, solo con sus dedos hizo un hoyo a la altura de la entrada a mi ano. Sentí un choque eléctrico al escuchar la tela del bóxer desgarrarse. Empezó a morder mis glúteos. Hasta que sentí sus manos dirigirse al hoyo improvisado que había hecho y jaló por completo el bóxer para poder ver ...

... por completo mi trasero. Tomó mi culo y separó mis nalgas para poder tener acceso a mi hoyo y después inició con una secuencia de lengüetazos que me hacían llegar a lugares que no había conocido nunca. Ensalivó su dedo medio, posterior a eso lo insertó lentamente dentro de mí. “¡Diablos!” Alcancé a gritar debido al placer de sentir como su dedo se iba haciendo paso en mi interior. No pasó más de 30 segundos a que metió también el dedo anular, así siguió hasta que después de algunos pocos minutos tenía tres de sus dedos abriéndome el culo. Yo moría por tenerlo adentro, pero al parecer él tenía otros planes. Regresó a mis labios y comenzó a morderlos. ¡Mierda! Me he excitado de nuevo solo con escribir lo que pasó, millones de sensaciones tenía en ese momento, las cuales no puedo describir más que con una sola palabra: Gran Placer. Ángel me levantó del asiento y me puso frente a él, y después tomo mi hombre y me bajo hacia su pene. Solo le veía palpitar frente a mí, su olor a hombre me volvía loco. Sin pensarlo dos veces me metí su verga a la boca y la metía a la parte más profunda de mi garganta, no me importaba la “lagrimita” que salía, o que en ocasiones pareciera que me asfixiaba por falta de aire. Lo único en lo que pensaba era en que lo amaba, y que quería que pronto me penetrara. Ángel pellizcaba mis pezones, y acariciaba mi cabello. Por primera vez en mucho tiempo sentí su pinga en mi boca y pude mirar hacia arriba para verle la cara de placer. Claro, yo no perdía la ...