1. Un viudo joven - Olga, mi empleada


    Fecha: 03/02/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Fernando X, Fuente: CuentoRelatos

    Cuando quede viudo a los 33 años y después de tener casi 6 años trabajando para una gran empresa en el área de Informática, tome la decisión de separarme de ella, para así poder darles más tiempo a mis pequeños hijos de 3 y 1 años.
    
    Inicie, junto con un amigo, un pequeño negocio de compra, renta, mantenimiento y desarrollo de computadoras y sistemas.
    
    Seis años después, buscando crecimiento, decidí regresar a la Ciudad de México, para abrir una pequeña oficina y un ciber café anexo.
    
    Al principio, la contratación de personal, corría directamente de mi parte, y a solicitud y recomendación de un excompañero de escuela, contrate a una chiquilla de escasos 18 años, recién salida de una prepa técnica, para atender el ciber.
    
    Era una mujercita sosa y sin chiste, delgada y sin muchos atributos a la vista, vestía siempre de mezclilla y playeras estampadas. Olga era su nombre, y su trabajo solamente consistía en atender el local y ofrecer los servicios de la empresa por medio de tarjetas de presentación o volantes.
    
    Cuando cumplimos un año de la apertura, se organizó una cena junto con los tres empleados que formaban parte del negocio. Para que la más pequeña de mis colaboradoras pudiera ir, me comprometí con su papa, para regresarla a su casa al término de la misma.
    
    Ese día, Olga, por fin se vistió y se arregló de forma diferente, una cortita falda negra con una blusa a rayas horizontales, de cuello redondo poco escotado y zapatillas de tacón bajo, poco maquillaje y el ...
    ... pelo suelto pero arreglado, dejaron ver una mujercita de busto pequeño, piernas largas muy delgadas y carita de ángel, que a todos impresiono.
    
    La cena fue divertida y amena, se contaron anécdotas personales y chistes, pero también el alcohol se consumió a granel, por lo que todos excepto la pequeña Olga, salimos chispados al final.
    
    Cuando nos retiramos del restaurante, todavía quería seguir la fiesta, pero tenía el compromiso de entregar a Olga en su casa. El alcohol y la cercanía de una linda mujercita a mi lado, me provocaban una curiosa excitación, ella solo se sonreía de la situación, pero se mostraba muy seria. Al llegar a un semáforo, me acerqué a ella queriendo robarle un beso, pero fui rechazado amablemente, Al detenerme en otro alto, volví a probar fortuna, al principio ella no cedió, pero la insistencia y no separar mis labios de los suyos, poco a poco, resquebrajaron su temor, cediendo tiernamente a un ligero beso que termino tan pronto la luz del semáforo cambio.
    
    Ninguno decía nada, ella iba agachada y sumida en sus pensamientos, y yo no me atrevía a hablar, al siguiente semáforo, me arme de valor y contrataque. Fui recibido por una boca lista para un beso más intenso, nuestras lenguas se buscaron y nos fundimos en un pequeño abrazo, más la luz verde y algunos cláxones, nos volvieron a la realidad.
    
    No hubo para más, al llegar a su casa, antes de que apagara el carro, Olga se bajó apuradamente, se despidió y se metió corriendo a su casa.
    
    No volvimos a ...
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