1. Visitas a mi vecino (el mareo)


    Fecha: 15/01/2019, Categorías: No Consentido Autor: dont343, Fuente: CuentoRelatos

    ... quitándomelos.
    
    Luego, cogió una camiseta sin mangas que me había dejado en el sofá y me la tiró para que me la pusiera; y acercándose me dijo en voz muy baja
    
    - Quiero ese culo al aire...
    
    Por su parte, D. Carlos empezó a comerme la polla... y susurrando, dijo:
    
    - ¡Mmmm!… ¡que rica!…
    
    ... ¿estás recién duchado, verdad?... hueles fenomenal.
    
    D. Tomás, a mi espalda, no dejaba de chupetearme y presionar sobre mi ojete. Temía que se me escapara algún gemido que pudiera despertar a mi abuelo y me contenía todo lo que podía, pero no podía evitar retorcerme de gustó.
    
    Estos dos cabrones me tenían en sus manos.
    
    Menos mal, que el suelo del salón es de moqueta y apenas se oían nuestros movimientos. Pero, terminamos en el suelo.
    
    Yo, sujetado por D. Tomás con los brazos bajo las axilas, para así, poder seguir comiéndome el cuello y las orejas... y D. Carlos arrodillado, comiéndome el rabo
    
    ¡Como me manejan!, pensaba…
    
    D. Carlos, me levantó las piernas... y D, Tomás aprovechó para soltarme, y uniéndose a él, rápidamente, ponerme con el culo en pompa mirando al techo.
    
    Me abrieron las piernas a tope; y a comérmelo como locos.
    
    ¡Ahy!, cabrones… decía mentalmente
    
    ¡Que par de lenguas!… estos cabrones necesitan comer, ¡está claro!
    
    Luego sentí sus dedos, entrando y saliendo de mi culo, con cierta prisa, insistentemente, como si no pudieran contener las ganas de follarme.
    
    Y ¡claro!, enseguida sentí el pollón de D. Tomas, que se colocó sobre mi y me la ...
    ... enchufó hasta el fondo.
    
    ¡Ffffffffffff!... ¡que gusto! Me llenaba por completo el cabrón. La dejaba un ratito quieta y luego empezaba a bombear, poco a poco. Con ritmo. Pero, cuando menos me lo esperaba, empezó a galopar a todo trapo...
    
    ¡Como me gusta!... ¡que vicio, mas rico!
    
    Así estuvo el cabrón, dándome cera, hasta que se corrió dentro de mi. Por lo menos, un cuarto de hora.
    
    D. Carlos le miraba y se masturbaba mientras galopaba desenfrenadamente. Pero se percató del final y se colocó un preservativo, que en cuanto me descabalgó le animó a metérmela de igual modo, sin ningún temor.
    
    Tenía un estilo muy distinto, pero el pollón era similar; o, quizás un poco mas gordo, porque después de estar D. Tomas, dándome a fondo, volví a sentir mi culo completamente lleno.
    
    Este empezó pegándome fuerte, ya de entrada, y me cogió de las caderas para sentir mi culo en sus ingles cada vez que embestía, hasta que D. Tomás le advirtió, que se oía demasiado.
    
    Entonces, paró y sugirió que nos fuéramos a su casa a seguir con la jodienda. Allí no tendríamos ningún problema.
    
    Pero yo me negué, muy a mi pesar.
    
    Entonces decidió terminar con más tranquilidad y empezó a darme por el culo sin hacer ruido. Pero a mi, ya, se me había cortado el rollo.
    
    El simple hecho de pensar que podía aparecer mi abuelo por la puerta, no me permitía disfrutar de ese rabo. Y les pedí que se fueran.
    
    Lo entendieron perfectamente... y, quedamos en montar “una buena” en casa de D. Carlos.
    
    Les ...