1. Yo quería con el hermoso papá de Marina... ushhh, no era su papá ¡que error!


    Fecha: 15/01/2019, Categorías: Voyerismo Autor: Svett, Fuente: CuentoRelatos

    ... delante de mi y en sus manos traía un matamoscas. Yo le exigía gritos que me liberara y lo amenacé con la policía a lo que él respondió diciendo que tanto la policía como yo éramos de su propiedad. Me dio un fuerte golpe en una mejilla con la paleta que tenía en su mano, grité de dolor, lo maldije y hasta lo amenacé de muerte. Me lanzó entonces un montón de palabras altisonantes y soeces y me amenazó con no dejarme ir hasta que le demostrara satisfacción por lo que él me iba a hacer.
    
    Se puso atrás de mi y me sacó violentamente el tubo que tenía metido en mi trasero, haciéndome gritar al dolor. Entonces metió algo pequeño en mi recto y regresó al frente, me acarició la cara y me besó la frente, la nariz, las orejas; al llegar al cuello me dio chupetones fuertes y me quise quitar pero él tomó mi cabeza y a fuerza me dio chupadas más fuertes. Luego me mordió una oreja y me hizo llorar tanto de dolor como de miedo. Me advirtió que me callara y que solo cuando gimiera de placer verdadero me dejaría en paz.
    
    Fue tras de mi y me vi penetrada de nuevo, ahora con su garrote, el cual sentí grande y grueso pues dolió mucho la metida y me llenó el recto de hondo y de ancho. Me tomó de la cintura y me bombeó salvajemente metiendo y sacando todo su burro en cada embestida, que me hacía cimbrar entre dolor y gozo; no quise darle gusto de hacerme gemir y me aguanté las enormes ganas de pedirle que me diera más y más aunque los estertores que sufría mi cuerpo me descubrían. Entonces me ...
    ... aparecieron unas inexplicables y terribles ganas de cagar y sucedió sin previo aviso; junto con las sacadas de verga de mi violador salía excremento y gases mientras el tipo lanzaba gritos de gran satisfacción. Me di cuenta que me había metido un supositorio laxante y era claro que le provocaba un perverso placer lo que sucedía; luego regresó a mi frente y se subió en algún banco para alcanzar a poner su verga embarrada de mi mierda en mi cara, me tomó del cabello y me pasó su garrote, muy duro por cierto, por la cara, untándome el excremento en toda mi cara, yo no podía hacer nada. Luego se fue y se metió en el lago a bañarse, yo ya estaba cansada de aquella posición y me recosté en el restirador.
    
    Ya solo me quedaba gritarle que me soltara y haría lo que él quisiera; nada pasó por un rato pero empecé a sentir el aleteo de insectos sobre mi cabeza y pronto se asentaban en mi cara a alimentarse con mi caca, también sentí las moscas en mis nalgas y le pedí que al menos las alejara. Se acercó a mi desnudo y masturbándose con una mano y en la otra traía el matamoscas, entonces vi en sus ojos la perversión y supe lo que me esperaba. Así fue, empezó a dar golpes en mi cara y al tiempo que morían algunas moscas recibía yo tremendos golpes que trataba de quitarme sin lograrlo, mis gritos de dolor parecían motivarlo a continuar, luego caminó atrás de mi e hizo lo mismo con mis glúteos. Ya no dije nada y me hice a la idea que me esperaba una larga y sufrida noche; no tenía fuerzas ...