1. Querida Madre


    Fecha: 11/01/2019, Categorías: Tabú Sexo con Maduras Autor: AkuSokuZan, Fuente: xHamster

    ... forma adecuada.Sin saber cómo ni poder evitarlo, los ojos le cayeron sobre el escote tentador que se le presentaba. Y sin saber cómo ni poder evitarlo, una respuesta ostensible se dio en él. Por suerte, ella no se apercibió de ello, siguiendo con la conversación afable que mantenían. Él la vio hermosa, desde luego mucho más que a muchas de las madres de sus amigos y amigas. Los labios pintados de un fuerte tono rojizo, la larga melena cayéndole a los lados y el flequillo cubriéndole de forma oblicua parte de la frente. Los pómulos y el resto del rostro remarcados por el suave maquillaje. Sí, Rosa era una mujer hermosa incluso para un muchacho como él lo era aunque ya fuese más un hombre que otra cosa. Continuaron bebiendo, dos, tres sorbos y de tanto en tanto el joven le clavaba la mirada en el escote de manera disimulada. Al fin y como no podía ser de otra manera, ella cayó en la cuenta pillándole mirándola. Pese a tratarse de su hijastro, no pudo menos que sentirse halagada por aquello.- Ei, ¿qué haces? ¿qué estás mirando? ¿estás mirándome los pechos? –preguntó sin enfado, más bien un tanto en broma.Él se excusó sabiéndose cogido en falta y nada menos que por su propia madrastra… pero era tan hermosa. El vino ingerido pronto empezó a hacer efecto en ella, no estaba acostumbrada a beber aunque sí le gustaba disfrutar el sabor del oscuro fluido. Se sintió sorprendida ante la situación que se daba. Saberse mirada por él la verdad es que no lo esperaba… cómo iba a ...
    ... esperarlo.- No, no, solo tu vestido sexy –respondió de la mejor forma que pudo, escuchándola reír con su respuesta.- Gracias –solo dijo ella volviendo a dar un sorbo a su copa.La conversación parecía tomar otros derroteros, haciéndose directa y peligrosa para ambos. Ella dijo que no debía hacer eso, que era su madrastra, la mujer de su padre y no cualquier otra chica o mujer que conociese. Él se excusó asegurando que lo sabía bien. Pero la mirada seguía clavada en ella y en lo que el sujetador mostraba a la mirada del chico. Viéndose observada de ese modo tan evidente, Rosa tuvo que apartar los ojos al alcanzar una vez más la copa salvadora. Un nuevo trago y cada vez se sentía más mareada.El deseo la invadió, subiéndole imparable una soflamada ardiente por todo el cuerpo. Y no paraba de vaciar la copa, bebiendo el líquido a pequeños sorbos, cruzando ambos las miradas, sin apartarlas ni un momento el uno del otro. Se estaba empericando poco a poco, sin darse cuenta el líquido amargo se iba instalando en ella haciéndole perder sorbo a sorbo el control de sí misma. ¿Cuánto hacía que no tenía relaciones con Valentín?Bajó la mirada y descubrió lo que allí se ocultaba. Un bulto ostensible se observaba bajo el pantalón, igual que en ella entre las piernas del chico empezaba a mostrarse el deseo inmundo. Tuvo que apartar la mirada sintiéndose acalorada toda ella. ¡Dios, qué le estaba pasando! ¡No era posible que aquello le estuviera ocurriendo! ¿Pero cómo parar aquello? Tragando saliva se ...
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