1. Querida Madre


    Fecha: 11/01/2019, Categorías: Tabú Sexo con Maduras Autor: AkuSokuZan, Fuente: xHamster

    "Querida madre:El líquido amargo la fue animando poco a poco camino de su vergüenza. Solos los dos en casa y tras dejarla su marido tirada, ambos cayeron uno en brazos del otro hasta acabar enredados en el pecado carnal…"*****Esperaba ansiosa la llegada de Valentín, arreglándose coqueta frente al espejo del cuarto de baño anexo al dormitorio de matrimonio. El espejo de baño reflejó de ella una imagen todavía interesante pese a las marcadas patas de gallo como resultado de la edad. Apartándose a los lados los largos cabellos teñidos de rubio cobrizo, los rizados mechones le cayeron despeñados por encima de los hombros. Volvió a mirarse con interés en la amplia luna tratando de discernir el efecto que crearía. Se vio todavía hermosa y apetecible aunque el cabrón de su marido hacía ya tiempo que poco caso le hacía. Tal vez aquella noche algo cambiara…Rosa, recién salida de la ducha, aún tenía puesto el albornoz. El cinturón flojo propiciaba una amplia apertura que dejaba entrever el inicio de unos senos que aparecían todavía turgentes. Tras observarse detenidamente unos segundos, se cerró el albornoz volviendo a anudar con fuerza el cinturón. Por encima del fino rizo color crema, se apretó los pechos tomándolos con fuerza entre las manos. Estuvo así unos segundos más, apretándose con firmeza y ánimo, notándose los pechos duros bajo la presión de los dedos. Suspiró largamente, cerrando los ojos al disfrutar la caricia.Después y buscando en el vestidor, desnuda tras haberse ...
    ... deshecho del albornoz en el baño, eligió para la ocasión aquel bonito vestido ligeramente transparente que pocas veces se ponía y que dejaba parte de su anatomía a la vista. Quería darle una sorpresa. Sujetador y braguitas de blonda roja descansando sobre la cama, el color de la pasión según se dice. Sentada al borde de la misma subió las bragas piernas arriba. Un collar de perlas a juego con la pulsera y se enfundó el sujetador por encima de la cabeza, quedando los redondos senos recogidos bajo la transparente prenda.De pronto, escuchó el zumbido del WhatsApp informándole de noticias por parte de su marido.- Lo siento cariño pero debo quedarme unas horas más en la oficina. Lo siento, lo siento muchísimo de veras. Acuéstate y nos vemos mañana. Te lo recompensaré con creces. –acababa el gélido escrito diciendo.¡Maldito cabrón! Siempre las mismas excusas baratas y con falta de imaginación. ¿y cómo había podido confiar una vez más en él y dejarse embaucar por nuevas mentiras, sumadas a las muchas con las que ya la había maltratado?- Prepárate cariño y ponte guapa. Iremos esta noche donde tú quieras. Al teatro, al cine o a la ópera que bien sabía que a ella tanto le gustaba, le había escrito horas antes haciendo brotar una nueva confianza en la mujer.Y de trabajo en la oficina nada de nada, bien lo sabía. O mucho se equivocaba, o muy poco le conocía o a esas horas estaría echando un clavo con cualquier compañía que se hubiera echado a la cara. Por la hora que era el muy cabrón estaría ...
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