Nunca quise ser artista pero a veces no hay opción
Fecha: 05/01/2019,
Categorías:
Gays
Autor: Lujan, Fuente: CuentoRelatos
... está en el del club swinger
—Pues no, no lo he visto. ¿De qué va?
—Mira, tengo una copia
Y me entrega una hoja de papel, visiblemente hecha en 5 minutos, con una foto mía desnudo. La verdad es que no estoy mal del todo. Lo alarmante es el texto:
* * * VICTIMAS * * *
A Sara y Sergio les robaron ayer en la playa
No tienen dinero y necesitan donaciones
A cambio, Sara ofrece sacrificarse
El Show empieza a las 22.30 de esta noche y durará lo que aguante Sergio
Podéis usar:
—Boca – 2€
—Culo – 5€
—Polla – 3€
Límite 5 minutos por usuario
Lugar, sala Mazmorra
Nota: Sergio tendrá los ojos tapados, así que no sabrá quién eres
Se me cae el mundo encima mientras ruego que hayan quitado el anuncio del tablero del hotel. No estoy listo para esto. O al menos, no lo creo
—Pero, ¿qué has hecho?
—Hombre… mañana es domingo. Quién sabe si nos llegarán las tarjetas de crédito para entonces. Estaría bien tener algo de dinero si queremos comprar un helado o algo así fuera del hotel. No tenemos ni para crema protectora
—Sí, ya, pero esto es demasiado, me estás vendiendo
—No cariño, te estoy alquilando. No te vendería por nada del mundo
—¿Y esto de donde sale?
—Anoche me fui al club a hablar con el dueño, le conté la idea y le hizo mucha gracia. Hicimos el cartel en un momento, imprimimos 20 copias y las hemos distribuido por ahí
—¿Qué? ¿Por ahí? ¿Por dónde?
—Pues… el club, el hotel, el chiringuito de la playa y un par de sitios ...
... más
—Esto es la hostia. Primero, es innecesario, segundo, es humillante, y tercero, me lo tendrías que haber consultado
—Puede ser. Pero te olvidas de una cosa
—¿De qué?
—De que eres mío. Y hago lo que quiero con mis cosas… - me dice con picardía – además, yo voy a estar contigo todo el tiempo. No te preocupes
Para mí, el resto del día pasa como una cuenta atrás. Bueno, sólo hasta las seis de la tarde, que Sara empieza con los preparativos. Está claro que quiere recaudar lo máximo posible, y además de limpiarme a conciencia, decide que a los clientes les va a gustar tenerme completamente depilado. Por todas partes. Esta es, probablemente, la única situación que me va a resultar placentera. Sara me afeita, me quita el pelo de las axilas, pecho y piernas, y finalmente se pasa media hora asegurándose de que no hay nada entre ombligo y rodillas.
Para las nueve nos vamos al club donde me presenta al dueño del local, un señor mayor, de cerca de 55 años y que se ha convertido en emblema de los pub liberales del país.
—Hola Sergio, ¿estás preparado?
—Está todo lo preparado que va a estar. Un poco nervioso, pero ahora le damos un par de copitas para que se vaya poniendo a tono
—A lo mejor me hago yo cliente
—No hay descuentos, ¿cómo ha ido la respuesta al anuncio?
—Bastante bien. Teniendo en cuenta que no hemos tenido tiempo de promocionarlo mucho hay bastante interés. Esta mañana lo pusimos en la web, y tenemos comentarios hasta de Argentina que nos ...