1. Parte de lo que he vivido


    Fecha: 09/08/2017, Categorías: Zoofilia Autor: Key-Q, Fuente: SexoSinTabues

    ... casi entero a la boca masajeándolo con mi lengua, succionando suave y tragándome el poco semen que aún seguía saliendo. Pero al tenérselo agarrado por detrás del nudo este se volvió a hinchar subiendo su volumen en cerca de un 30%, permitiéndome hacer una idea de qué tan grande era cuando estaba trabado dentro de mi y explicándomelo claramente, pues esa protuberancia era tan grande como mi mano empuñada. Durante aquella mamada el perro pasó una de sus patas traseras por sobre mi antebrazo, con lo que hizo que su aparato quedara volteado para atrás mientras yo seguía saboreándolo, pero también producto de esa acción me pasó a llevar el rostro dejándome un pequeño pero visible rasguño que casi en el momento inventé la excusa que le daría a mamá por ello, pero que también logró hacerme preocupar por los demás rasguños en mi cuerpo resultantes de este sexo animal, haciéndome pensar en cómo lo haría para en los siguientes encuentros no quedar con tantas magulladuras, pues entre que se subía, me agarraba, se trepaba o se daba vuelta, sus uñas dejaban sus huellas en mi piel. Así que al llegar a casa cuando mamá me preguntó por el rasguño en la cara le respondí que me pasé a llevar con una rama baja de un árbol que no vi al venir caminando por la acera, y para el siguiente día ya estaba pensando que llevaría para protegerme de sus garras, eligiendo un par de implementos de mi equipo de vóley-ball que no me cubrirían del todo pero igual servirían, mis rodilleras para ayudarme a ...
    ... soportar su peso contra el piso y una faja de neopreno que usaba en mis bubies para que no me rebotaran al saltar y ahora usaría en mi cintura para protegerla de sus garras. Me veía extraña totalmente desnuda con rodilleras y faja, pero al mirarme desde atrás en aquel espejo noté que también tenía rasmilladas mis pantorrillas, por lo que fui al closet de mi tía y me puse unas botas largas de cuero que me llegaban casi hasta las rodillas, y como andaba con dos colas de cabello (cachos) a mis costados, más rara me veía algo así como una prostituta de película futurista, la guerra de las galaxias o algo así. Una imagen tan erótica que a cualquier hombre hubiese arrancado una buena erección, ya que con los tacos de esas botas mis piernas se apreciaban más largas y mi trasero un tanto más redondeado y paradito. Con solo mirarme al espejo ya me había excitado lo suficiente y las lengüeteadas del perro serían solo un complemento, de modo que apenas le abrí la puerta de la cocina iba dispuesta a ponerme pronto a cuatro patas, pero este animal me sorprendió al quedarse lamiéndome desde atrás envés de tratar de montarme de inmediato, ya estaba en posición en el piso frente al espejo y me lamió por largos minutos antes de subirse, ya estaba iniciando mi orgasmo segundos antes que me lo metiera y sentir su aparato hinchándose en mi interior en pleno clímax, fue algo espectacular, mi vulva se contraía rítmicamente ordeñando ese palpitante pene que me repletaba de placer. Y así estuvimos ...
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