1. Un amigo me entregó en bandeja a su esposa (II)


    Fecha: 08/08/2017, Categorías: Infidelidad Autor: Ulpidio, Fuente: CuentoRelatos

    ... lubricada y luego separó sus piernas como dándome la espalda, parada en el borde de la cama.
    
    -- Ahora quiero que me lo chupes, para que no me duela.
    
    Y con sus dos manos se abrió las nalgas para que yo pudiera ver su deseado tesoro. Eso me excitó mucho. Me esperé para que ella estuviera en clima, para que nada hiciera desistirla de su deseo de entregármelo: Afortunadamente tengo una polla bastante grande. Eso también tiene sus contras porque a veces, muchas sienten que van a sufrir y prefieren evitar el transe. Pero Lucía estaba muy caliente. Me empujó con sus manos hacia la cama y se paró con un pie al lado de cada una de mis piernas. Lentamente fue descendiendo. Mientras lo hacía, meneaba su cintura de un lado a otro con pequeños movimientos circulares, hasta que mi polla estuvo en la puerta de su ano.
    
    -- Rompémelo, Roberto. Hazme ver las estrellas.
    
    Y toda la suavidad con la que había descendido se fue al diablo en el mismo instante en que mi polla y su ano entraron en contacto. Se dejó caer con peso muerto y como mi polla estaba totalmente tiesa, la penetración fue instantánea y sin resistencias.
    
    -No te muevas hasta que me relaje. Ahhhh. Que linda polla tienes. Ahora te voy a cabalgar. Vas a ver lo que es una putita como yo cuando está caliente. No voy a parar hasta que me la entierres hasta los huevos y me llenes las entrañas de ...
    ... leche.
    
    Lucía se movía como una endemoniada. Con sus dos manos se impulsaba apoyándolas en mis muslos. Y su hermoso culo subía y bajaba ante mis ojos y hacía aparecer y desaparecer mi polla. Yo con mis dos manos le abría los cachetes de su culito hermoso para ver mejor la penetración y de tanto en tanto, jugaba con mis dedos en su clítoris para mantenerla bien cachonda. Los dos nos corrimos al mismo tiempo. Sentía sus contracciones en mi polla y el calor de mi semen derramándose por mis testículos.
    
    Ella se levantó. Se puso en cuclillas nuevamente y como lo había hecho en la primera noche, limpió con su boca todos los restos de mi esperma caliente.
    
    -No te imaginás lo que me gusta coger con vos. Es una lástima que me tenga que ir otra vez a Buenos Aires, pero voy a volver, porque me has dejado más caliente de lo que he venido. Lo único que espero es que aceptes alguna invitación cuando lo hagamos.
    
    A la mañana siguiente pasé a buscarla por el hotel y la acompañé hasta el aeropuerto. Como sabía que a lo mejor había algo de acción, le pedí prestado el chofer a uno de los otros directores de la empresa. Yo siempre me he negado, pero esta vez me vino de perillas. Ella me hizo una excelente mamada desde el hotel hasta el aeropuerto y se masturbó hasta acabar. Era una zorra caliente, que espero poder volver a ver cuando regrese a Buenos Aires. 
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