1. Mi sobrino maleducado (II)


    Fecha: 02/12/2018, Categorías: Incesto Autor: hectornieto, Fuente: CuentoRelatos

    ... mejilla. Mientras se iba dándome la espalda dijo
    
    "hasta acá podemos llegar sobrinito, espero que te sirva para cuando te pajees"
    
    Entonces en ese momento corrí, la tome del brazo, la gire y la puse contra la pared, con violencia le saque la remerita esa de puta que llevaba y obviamente no tenía corpiño. Le comí el cuello y le comí las tetas como desesperado, ella gemía en silencio diciéndome que pare pero sin hacer ruido, no quería hacer escándalo y que ustedes se enteraran de lo que pasaba. Allí mismo la gire, la puse cabeza abajo, sus piernas en mis hombros, su minifalda se fue a su cintura, su tanga con puntillas estaba totalmente mojada, mi boca le comió la conchita aun con la tanga puesta. Ella se retorcía y apretaba sus piernas aprisionando mi cabeza. Mi pija de 22 centímetros golpeaba su cara, toda depilada parecía más grande, ella se apoya con sus brazos en mis piernas y siento como su boca rodea al fin mi miembro. Sentía su lengua y su boca bajar hasta donde le permitía su garganta. Como una experta me estaba haciendo gozar, me temblaban las piernas, ya no sabía cómo seguir chupándole la concha porque estaba extasiado disfrutando del sexo oral de mi tía. Camine hasta la cama, allí me caí de espaldas, y ella no dejo de succionar mi pene, yo probé su culo, me embriagaba con el olor de sus jugos. Corriendo la tanga probé sus labios, me ti mi lengua hasta donde pude, mordí esas nalgas hermosas, las apreté con mis manos, recorrí con mi lengua toda la raya de su ...
    ... culo, y me quise perder en el hueco de su ano. Ella comenzó a gatear en esa posición, allí en la cama queda en cuatro, con su culo mirándome.
    
    Esa invitación no la iba a dejar pasar.
    
    Me puse encima de ella, sin preservativo, a pelo mi pija de 22 centímetros comenzó a entrar en su húmeda concha. Entró y ella gimió, estuve bombeando cadenciosamente, disfrutando cada embestida como si fuera la última vez que lo hiciera. Agarraba sus tetas con fuerza cundo llegaba hasta el fondo, ella abría la boca con un grito apagado. En ese momento me dice que le gusta contra la pared, así que ella se dirige a la puerta del cuarto, allí me dirijo con la pija erguida apuntándola, ella dándome el culo, me tienta a darle unas nalgadas que suenan estruendosamente. Luego de comerle el culo con la boca otra vez y morderle las nalgas subo besándole la espalda, y con mi pija ya en la entrada de su concha le susurro al oído:
    
    "tía, de acá no salís sin leche"
    
    Entonces comencé a embestirla desde atrás, entraba y salía con violencia, mi abdomen chocaba con sus nalgas y hacían mucho ruido, se mezclaba con el sonido de los líquidos de la fricción en el sexo. En cada embestida el cuerpo de ella golpeaba la puerta. Entonces escuchamos que mi mama toca la puerta. Y con una voz temblorosa nos pregunta si estaba todo bien, que ya estaba el asado. Podíamos notar a mi mama del otro lado con su oído pegado a la puerta. De este lado ya bombeando con más delicadeza estaba yo con mi tía. Mi tía entre gemidos ...