Relatos eróticos esposos cómplices cap 106 - Relatos Eróticos

Relatos eróticos esposos cómplices cap 106

... alejadas.

Partimos y yo iba de copiloto 

Yo : No sabes papá cuánto deseaba hablar contigo a solas.

Papá : Dime hija, ahora que yá viste, tocaste y chupaste otra verga, cómo te vá.

Yo : Me siento mejor papá, pero ahora no sé que hacer, si tú dices qué el tamaño no importa, cómo le insinuó a Jaime a usarlo, si nunca he visto a nadie hacerlo. Tú me enseñarás ?

Papá : Quisiera enseñarte pero pienso en varias cosas.

1 Que tú eres mi hija, te he visto desde chiquita y tener que hacerte sufrir con lo qué yo tengo, me da mucha pena

2 Que si te logra gustar puedes abandonar a tu marido.

3 Que si nos pillan podemos quedarnos sin familia y ser una deshonra para la sociedad.

Yo : Papá, soy chiquita y se que me dolerá, pero sé que no moriré, si no mamá yá se hubiera muerto.

A mi marido nunca lo voy a dejar por qué lo adoro y es él padre de mi hijo.

Si no nos desesperamos y vamos con paciencia y con mucha discreción podemos llevar relaciones paralelas, tú sigues feliz con mamá y yo feliz con mi marido. Lo nuestro será sólo sexo.

Papá : Está bien hija, ahora viene nuestro primer reparto. Espera y cuida hasta que yo te diga para bajar las cosas.

Mi papá me ayudó y repartimos hasta las 2 de la tarde.

Papá : Hija quieres probar una tarde loca conmigo ?

Yo : No sabes cuánto lo deseo papá.

En el camino entramos a un hotel algo escondido y en la recepción, el hotelero me miraba por lo joven y por mi estado, teniendo mi papá que decirle, que yo era ...

... su hija y necesitaba descansar un rato.

Sólos en la habitacion, nos miramos a los ojos y por primera vez sentí sus labios.
Los disfruté cómo el también los míos, pero siempre pensando que era sólo prestado para el sexo.

Luego me desnudó lentamente viendo saltar mis grandes senos al sacarme el brasier, se volvió loco chupando con tal violencia que hasta leche me sacó y una herida que lamentó por temor a que lo vea mi marido, pero yo le dije que no se preocupe, por qué él con las luces apagadas se acuesta encima mío, se mueve un poco dejándome su leche y luego se duerme a mi costado.

Pobre mi niña dijo y yo le respondí, pobre por que me vas a hacer sufrir o por lo que paso con mi marido.

Por las 2 cosas dijo él.

Luego vió, admiró y acarició mis piernas de las cuales siempre se sintió orgulloso y yo también, por qué mis profesores y mis compañeros me lo decían, pasándose 20 minutos apretando y besandolas.

Luego me agaché viendo nuevamente ésa vergota y ése hueco que era grande, por éso me atoré ése día, por que le sale mucha leche.

Le volví a jalar el pellejo que tiene bastante y mi marido no tiene nada.
Su cabeza roja y babeante apareció, provocándome la metí a mi boca en porciones acariciando con mis manos el tronco y los huevos.
Se comenzó a poner más dura, saltando sus venas que volví acariciar con las yemas de mis dedos.
Sentí que yo también me mojaba y mi papá por su experiencia se colocó en un misionero de costado, para no aplastar mi barriga y dió ...