1. Sufro de fiebre sexual por falta de macho


    Fecha: 15/11/2018, Categorías: Voyerismo Primera Vez Autor: Arandirelatos, Fuente: xHamster

    ... grande. Dobló el papel que el Doctor me había dado y se fue—. Y pa´ qué te cuento más manita. Tú ya lo conoces y te puedes imaginar cómo se me puso. Si hasta fue a gritarle al pobre Doctor a su consultorio, méndigo escándalo que armó.No no no. No sabes la vergüenza que pasé.—Ay mana. Sí, tu hermano es medio especial para esas cosas.—Pero eso sí no sea cuando él le pone contigo porque... ay, discúlpame manita. No creas que la cosa es contigo. Es que me saca de quicio con sus ridículos celos...—No, no te preocupes. Si te entiendo, tú tienes todo el derecho de hacerlo. Después de todo él no es tu padre y ni aunque fuera, tú eres ya una mujer, no una niña.—Pues ni tanto. Me siento como una escuintla que se tiene que andar escondiendo para dar tan siquiera unos besos.—Ay manita. Mira, yo te voy a ayudar.—No me digas que vas a hablar con Luis, porque es bien terco y yo no quiero que vayan a tener bronca nada más por mí...—No no. Espérate. No me refiero a eso. Mira Vamos a hacer esto.No me lo podía creer pero, días más tarde...—Sí Luis. Tú no te preocupes que tu hermana va a estar segura conmigo —decía Gertrudis muy convincentemente.—Pero es que yo no veo por qué no se esperan al domingo y así yo las llevo —le replicó Luis.—Mira, es que el tianguis de los martes es el mejor porque da buenos precios. Los domingos llegan muchos turistas y todo es más caro. Tú estate tranquilo, Paso del mono no está tan lejos y te prometo que no nos tardamos. Compramos la ropa y volvemos antes de que ...
    ... regreses del trabajo.Fue así que mi cuñada Gertrudis; bueno, novia de mi hermano en realidad, pues aún no se comprometían; convenció a Luis para que la acompañara a comprar ropa, y como él tenía que trabajar se veía obligado a dejarnos ir solas.Pero claro que no iríamos a comprar ropa, la idea de mi cuñada era irnos de escapada con un amigo de ella. Un tal Mateo Capistrana.Según ella, eran amigos de confianza y esperaba que yo, pues... bueno, pues que él me desquintara.Claro que a la primera que me lo dijo pues le dije: “no, ¿cómo crees? Ni lo conozco. ¿Cómo me le voy a abrir de piernas a un tipo así como así?”. Sin embargo, según ella me dijo, aquél era el mejor semental de la región. Lo que me dejó intrigada pues Gertrudis no es de esas que anda por ahí de loca. Es más bien del tipo seria. Así ha sido desde que nos conocimos en la primaria.Luego me quedé de una pieza al escuchar las historias que me contó. Según ella, el tipo (quien por cierto, era un hombre que prácticamente me doblaba en edad) traía loquita a cualquier mujer que le conocía, por lo guapo y bien dotado que estaba el hombre (según ella me dijo), pero, además, por lo bueno que era para el catre.Yo nomás me reí cuando dijo eso. No me esperaba aquellas palabras saliendo de su boca.Gertrudis me aseguró que había varias chicas de mi edad, o incluso de menos, que soñaban por ser desvirgadas por él. Tanto así, que el hombre se daba el gusto de seleccionar a cuál sí y a cuál después.No le aunque, yo aún dudaba.—Oye, ...
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