Follando con mi amigo casado - Relatos Eróticos

Follando con mi amigo casado

... al decir verdad me daba igual; ¡Ramón me había llamado!, tenía su mujer en la playa y como había tenido que trabajar no se había podido ir con ella; en resumen que tenía todo el día para mi. Ramón era mi amigo de la infancia, con el que había compartido todo; buenos y malos momentos. De un tiempo a esta parte, no hace ni un año, compartimos momentos sexuales , pero su profesión : policía y su estado civil: casado y con hijos, no hacían que estos encuentros fueran todo lo comunes que ambos deseáramos. Si a eso le sumamos que mi amigo era un tio que sin ser guapo era atractivo, metro ochenta de macho canalla, con un físico que sin ser de gimnasio era apetecible cien por cien.... Así que por estar con él, no me importaba renunciar a un día de playa.

Habíamos quedado para almorzar en mi casa, no es que yo sea muy buen cocinero pero no hay nada más socorrido que los tapers de comida congelada.Tan puntual como siempre, Ramón se presenció en mi casa, cuando lo vi, casi me quedo sin respiración, el tío traía el uniforme de trabajo puesto; no es que no lo hubiera visto otras veces de esa guisa, pero si era la primera vez que podía deleitarme abiertamente y sin tapujos en como se ceñía aquella tela a su cuerpo, como le marcaba el pecho, los hombros, su paquete ( que como yo bien sabía, no era fruto de una talla más pequeña...) y su culo, espectacular y hermoso, que se presentaba ante mí como un delicioso manjar prohibido.

Le alargue la mano para saludarlo, pero este se abrazó ...

... a mi dándome un tímido beso en los labios

( Joer , que éste no es mi Ramón que me lo han “cambiao”- me dije para mis adentros)

Mis ojos denotaron asombro por partida doble, circunstancia que fue percibida por mi ocasional amante que terminó diciendo en ese tono que lo caracterizaba:

-Quillo, es que he “venio” directamente del curro “paca”, no me ha dado tiempo de cambiarme...

-No, si no me importa- le respondí con una sonrisa, que concluyó en sus labios... esta vez en un prolongado beso, que no encontro resistencia por su parte.

Su lengua entró en mi boca, mientras sus brazos rodeaban mi fornida espalda como en un intento baldío de unir nuestros cuerpos en uno solo, pude sentir la dureza de su entrepierna chocar contra la mía.. Cuando concluyó el dilatado beso, sostuvo mi cara entre sus manos, me miró fijamente a los ojos, como queriendo decir algo... pero sus labios no emitieron ningún sonido.

Mientras poníamos la mesa, hizo ademán de quitarse el uniforme pero yo le pedí que no lo hiciera:

-A sus ordenes- me dijo en tono jocoso- hoy no tengo un “no” para usted

La comida transitó por una conversación distendida, solo hacíamos una breve pausa para tocarnos y algún pequeño beso. Cuando le pregunté que a que venía ese cambio, que el nunca había querido besarme ;me dijo con su habitual descaro:

-Es que tenía una duda ¿ Este tío besara igual de bien que la chupa?

Me volvió a besar y esta vez mucho más apasionadamente, desde ese momento supe que el ...