1. ELVIA. EN LA CAMIONETA DE MI YERNO


    Fecha: 12/11/2018, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... comunidad religiosa a la que asisto, de seguro me hubieran expulsado. -“Suegra, no había visto que tenías los pezones muy velludos, mira nada más, que ricos se ven” -“Ya cálmese” le dije guardando mis tetas dentro del bra. Hacía como que me abrochaba la blusa pero le veía su impresionante verga por el pantalón. “Cómo la tendrá?” Pensé. Me carcomía la duda pero debía contenerme, a pesar de la venida que tuve, aun seguía caliente. -“Lléveme a la casa” le dije mirando hacia fuera de su camioneta. -“Elvia mira” Lo que vi me puso ansiosa. Se había sacado la verga del pantalón. Una vergota gruesa, morena, con la cabeza mojadísima. Se le balanceaba de un lado a otro, las venas parecían a punto de explotar. Tomó mi mano y la llevó hacia ese pedazo de carne. Lo rodee con mi mano, estaba esponjosa, dura, fibrosa, le pasé la mano a la cabeza y sentí sus jugos, le embarré el lubricante por todo el tronco. -“Ay suegra que rico” -“No, no está bien, esto no puede ser” Abrí la puerta y me bajé de la camioneta. - “Me voy” le dije. Cerré la puerta y empecé a caminar. Llevaba la mano mojada, mientras caminaba iba oliendo sus jugos. Él me alcanzó a medio camino. -Elvia, espera, está bien, te llevo a la casa” Me tomó de la cintura y me subió a su camioneta. Ya adentro, cómodamente sentados, me preguntó que qué me pasaba. Yo no respondí solo atinaba mirarlo a los ojos. Y es que después de veinticinco años volví a sentirme mujer, a desear. En estos años de soledad, cuando me llegaban las ganas ...
    ... sexuales, tenía que tomar baños de agua fría, no me permitía tocarme ni a mi misma. Así era yo de reprimida. Había noches en las que sentía volverme loca de deseos, ansiosa de volver a sentir una verga dentro de mi, lloraba de deseo, de frustración. -“Elvia, ¿qué pasa? Dímelo”. -“No, no pasa nada le respondí”. -“Esa reacción tuya después del rico fajecito que nos dimos no es normal. ¿Por qué saliste corriendo?” Yo continuaba mirándolo a los ojos, de pronto solté en llanto, mis lágrimas resbalaban por mis mejillas. -“Ay, es que no tengo porque contarle cosas que tal vez a usted ni le interesen” seguí llorando. Él me pasó el brazo por mis hombros y me recargó en su pecho. -“Está bien Elvia, si no me quieres contar, yo entiendo, pero no llores” Yo recargada en él, hecha un mar de lágrimas, mi yerno me acariciaba el cabello, mis mejillas. Yo movía mi cara, no quería que me tocara. Me quedé recostada en su pecho, como niña buscando amor, protección. -Tal vez un día le cuente algunas cosas, por el momento es mejor asi”. -“Está bien, como quieras Elvia” Ya no me moví, en esa posición en la que él me tenía recostada, tenía a mi vista la preciosa carne de mi yerno entre sus pantalones, el no podía ver que yo le miraba la verga por la posición en la que estaba. Me empezó a acariciar mi cabello, larguísimo, una melena muy poblada, ya pintada con varias canas. Me lo alborotaba, yo sentía deliciosa su mano entre mi cabello, solo me estremecía. Me daba masaje a mi cabello, mi nuca, mi cuello, ...