...en la terraza del edificio - Relatos Eróticos

...en la terraza del edificio

... viendo lo que hacían hasta que hubo otros movimientos que me daban a entender que ya habían acabado. 
Luego de ver aquello y que la pareja se fuera de mi vista. Me quedé imaginando muchos escenarios y me entró el morbo de sí alguien más los habría visto. Pensé en lo excitante que sería si alguien más los hubiese pillado. Mientras pensaba en ello, y al movemer un poco para acomodarme, sentí algo extraño bajando entre mis piernas. Llevé mis dedos hacia allí y era algo pegajoso y transparente. Me había excitado. Miré a mi alrededor para ver si había alguien más en la terraza. Estaba sola. Me mordí los labios pensando en si debía o no hacer una locura. 
Divisé una de las cisternas en la otra esquina, por lo que fui hasta allí para tratar de ocultarme un poco, por si acaso alguien viniera. Me agaché un poco, abrí mis piernas y alcé el vestido hasta poder ver mis calzones. Llevé mis manos ahí y empecé a tocarme por encima, sentí adrenalina y excitación mientras lo hacía, pues alguien podría subir y avanzar hacia donde estaba yo y verme. Pero decidí continuar, pues era poco probable que alguien viniera. Continúe sobándome hasta que no fue suficiente sólo acariciarme por encima de la prenda. Me puse de pie y me quité el calzoncito, lo dejé encima de la cisterna y volví a agacharme. Empecé a masturbarme con más insistencia. Llevaba mis dedos de arriba hacia abajo y acariciaba mi ...

... clitoris en círculos, se sentía tan bien. Estaba tan lubricada por mis propios jugos que no había necesidad de lamer mis dedos, pero quería probar mi sabor, así que de vez en cuando llevaba los dedos a mi boca. De pronto tuve ganas de que alguien subiera y me viera, quería que me observen mientras me tocaba. Ante la idea, me quité el vestido por completo para ponerlo en le piso. Me acosté boca arriba sobre él y abrí mis piernas lo más que pude mientras seguía tocándome. Pensaba en que alguien me estaba mirando y eso me llevó al límite. Tuve un orgasmo que hizo que gimiera alto, pero no me importaba si alguien escuchaba. Estaba gozando. Los espasmos del orgasmo llegaron con fuerza hasta que terminé de correrme. Me quedé un rato tratando de recuperarme, aún con las piernas abiertas. 
Una vez me repuse, tomé el vestido, lo sacudí y me lo puse. En eso escuché que abrían la puerta principal, por lo que salí rápido de donde estaba para que nadie me viera ahí arriba. Llegué a mi casa, abrí la puerta rápido, aunque mis manos temblaban un poco de nervios. Afortunadamente mis padres aún no llegaban. Ya adentro recordé que había dejado mi calzoncito encima de la cisterna, iba a regresar a verlo pero en eso escuché que la vecina de al lado salía a conversar con uno de los vecinos. Si salía le diría a mis padres que salí. Me resigne a quedarme en casa. Total ¿Quién sabría que ese calzón era mío?