1. Desafío de galaxias (capitulo 26)


    Fecha: 05/11/2018, Categorías: Sexo Oral Autor: calvito, Fuente: CuentoRelatos

    ... aproximándose al mapa.
    
    —Ghalt si necesita los transportes, el resto que se los repartan los otros despliegues, —apuntó Marisol.
    
    —La flota protegerá los despliegues de la infantería, —dijo Loewen aproximándose también al mapa—. Los grupos navales de batalla de Aurre, Muns y Camuxtil, aguardaran por detrás, para intervenir rápidamente cuando sea necesario. También estableceremos una flota de reserva en Rulas 3 para actuar junto con las fuerzas de Ghalt, si fuera necesario.
    
    —Poneros a trabajar sobre todo lo que hemos hablado, —ordenó Marisol—. No tenemos tiempo que perder, principalmente porque no sabemos cuándo se va a producir el ataque, si se produce.
    
    — Vamos a estudiarlo todo bien, pero en principio, Opx puede estar en Kalinao con todas sus fuerzas a, ¿finales de está semana, principio de la siguiente? —dijo Clinio mirando a Opx mientras este asentía.
    
    —Otro tema, —dijo Marisol y dirigiéndose a Opx continuo—: Pulqueria estará contigo como segundo comandante, —Opx asintió y guiño un ojo a Pulqueria— y Bertil pasa al sector del Ares como comandante del ejército kedar. Allí estarás a las ordenes del general Esteban, —Bertil asintió mientras Pulqueria le cogía de la mano. Habían hecho buenas migas los dos—. ¿Si no hay nada más?
    
    —Pasad todos por el despacho de Anahis e Hirell para recoger informes y firmar nombramientos, —dijo Marión mientras todos se levantaban.
    
    —Y tu no hagas el gilipollas, —susurró Marisol a Clinio haciendo un aparte con el—. Te lo digo en ...
    ... serio.
    
    —Si mi maestra.
    
    —No seas tonto.
    
    —No mi maestra, —dijo Clinio besándola la mano.
    
    Diez días después, casi cuatro millones de soldados, divididos en ocho ejércitos, y más de trescientas naves, custodiaban la zona fronteriza en el mayor despliegue militar desde la Guerra Imperial. Solo quedaba esperar. En la capital federal, Marisol iba de reunión política en reunión política intentando liberar a sus jefes militares de engorrosos encuentros con la fauna política de la República. Tuvo que hablar en varias comisiones parlamentarias y dar explicaciones, con pelos y señales, sobre la nueva situación. En todo momento estuvo arropada por el presidente federal, o por gente de su más absoluta confianza.
    
    El fin de semana, pudo por fin regresar a Mandoria a despejarse. Habló con sus padres por video enlace, que la dijeron que estaban encantados de verla a cada momento por la tele, aunque entendían que se moría de ganas de cargarse a “unos cuantos de esos cabrones”.
    
    —Me han dicho que has salido airosa de Edyrme, —afirmó el canciller de Mandoria riendo, cuando al final de la tarde se reunieron, junto con Anahis, para una cena de familia—. Supongo que los políticos no somos, ¿cómo decís los españoles? ¿santos de tu devoción?
    
    —Usted no cuenta señor canciller, ni el presidente, gracias a él y a varios de sus colaboradores he podido torear en esa plaza.
    
    —¿Torear en esa plaza? —intervino Anahis—. ¿Qué es eso?
    
    —Es un espectáculo tradicional español, —respondió su ...
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