1. La historia de Claudia (17)


    Fecha: 03/11/2018, Categorías: Erotismo y Amor Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    ... –dijo Leticia. –Y a nosotras nos encanta y excita hacerla sufrir, ¿cierto, Julita?
    
    -Cierto. –sentenció la otra. Leticia tomó entonces el vibrador y empezó a hundirlo en el trasero de Claudia, que respondía contorsionándose y gimiendo ante el dolor que la penetración le provocaba. Cuando el vibrador en su avance alcanzó la parte más gruesa los gemidos se transformaron en gritos y las contorsiones se hicieron tan violentas que obligaron a Julia a sujetarla con fuerza. Los cuatro centímetros de ancho le dilataban el ano muy dolorosamente y hacían que su cuerpo empezaba a cubrirse de sudor.
    
    Leticia detuvo entonces la acción vibradora del dildo, sabedora de que ese dolor inicial dejaría inevitablemente lugar al goce, y eso fue lo que ocurrió. Poco a poco Claudia fue sintiendo, con alivio, la transición gradual y muy sutil del sufrimiento al placer. El dildo le dolía cada vez menos, o quizás se hubiera acostumbrado al dolor al punto de asimilarlo y convertirlo en una forma de placer, hasta que finalmente ansió sentir otra vez la vibración dentro de su culo. Leticia accionó nuevamente el control remoto y esta vez las contorsiones, gemidos y jadeos de la sumisa expresaron todo el goce que estaba sintiendo.
    
    Julia dijo entonces:
    
    -Bueno, Leti, que esta perra nos haga gozar de una buena vez... quiero que me coja ya, ponele el arnés.
    
    Leticia la complació colocándole el arnés a Claudia y una vez lista la puso entre las piernas de Julia, cuya concha estaba ya mojada y ...
    ... hambrienta.
    
    -Vamos, perra, a trabajar... –le ordenó.
    
    -No me metas eso enseguida, puta. –le dijo Julia. –Primero quiero sentir tu lengua... –y se llevó una mano a la concha, hundió un poco dos dedos y los acercó a la boca de Claudia.
    
    -Limpialos, perra, bebé mis jugos... –y la sumisa obedeció mientras corcoveaba estimulada por el vibrador que Leticia había encendido nuevamente. Acercó su cara a la concha de Julia, en cuyos labios externos se veía el brillo del flujo y sin pensarlo comenzó a pasar la lengua por ellos provocando gemidos en la secuestradora.
    
    -Así, puta... así... aahhh...
    
    Leticia, tendida al lado de Julia y sosteniendo el control remoto en su mano derecha, la miraba hacer a Claudia.
    
    "Es increíble..." –pensó. "Yo en su lugar me sentiría desesperada, incapaz de todo esto, pero ella, con angustia y todo, se entrega al sexo así, totalmente, como un animal en celo... ¡y qué buena está la muy perra! ..."
    
    Ya muy cachonda dejó el control remoto accionado y arrodillada tras la sumisa comenzó a acariciarla entre besos en la nuca, en los hombros, en el cuello, deslizando después sus labios y su lengua por la espalda, lentamente, muy lentamente hasta llegar a las nalgas voluminosas, regodeándose con la suavidad de esa piel tibia y un tanto morena, con la morbidez de esa carne de hembra que Inés le había enseñado a apreciar derribando hábilmente las barreras de su resistencia inicial.
    
    Claudia, ardiendo por las caricias y los besos de Leticia, tenía su lengua ...
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