1. La experiencia (2)


    Fecha: 22/04/2024, Categorías: Sexo con Maduras Autor: LOORNA, Fuente: CuentoRelatos

    ... colocándome con las rodillas frente a él dirigiéndose hacia un balcón situado en la parte trasera de su casa, me acercó al barandal y mirando al enorme patio trasero me señalo la casa de a lado y me dijo —Ahí es dónde vas?
    
    —sí, pero quise pasar a saludar y disculparme.
    
    -Disculpada estas, pero no irás sin antes terminar lo que ayer comenzaste.
    
    Con una mano recargó un poco mi cuerpo en el barandal de aquella terraza y con la otra tomó y alzó mi cadera un poco para lograr penetrarme, así sin moverse y con su falo ya dentro de mí vagina recogió del flujo que la rodeaba y lo uso para mojarme el coño, al tiempo, gentilmente subía y bajaba mi cuerpo logrando una penetración profunda.
    
    En ese momento rendí mi cuerpo y decidí concentrarme en mis sentidos, estaba entregada a él sin poder más que participar de aquel placer que me estaba dando su grueso miembro.
    
    Escuchaba mis gemidos y él me besaba para saciar mi ansiedad y mi dolor con placer, ya que su grande verga me llegaba muy profundo y él sentía como mis gemidos reaccionaban a su fuerza, mientras clavaba su mirada en mí observando cada detalle de las reacciones de mi rostro, estaba extremamente ruborizada y al sentir que venía mi orgasmo se detuvo para sacar su pene tomar mi cintura y penetrar lentamente mi coño.
    
    Me pasmé, clavándole las uñas a la espalda como una gata en brama, perdí el aliento. Me preguntó con susurros —¿más adentro mi niña?— Yo asentaba gustosa y abrumada con la ...
    ... cabeza y con sus labios entre los míos mientras él introducía el falo un poquito más, así volvía a cuestionar —¿te gusta así de profunda mamita? Yo seguía asentando con la cabeza aferrándome a su cuello, me abrió hasta que por fin la pudo insertar toda, se detuvo y preguntó—¿Estás lista? Al escuchar esto ya cerré los ojos. Y tomándome firmemente de las nalgas las comenzó a bombear.
    
    Era irreal la cantidad de los chorros entre el flujo vaginal y la lluvia que se escurrían por todos lados, volví a chorrearme en su pene pero esta vez entendí que era un gran orgasmo el que me estaba haciendo estallar y de pronto sentí como comenzó a inyectarme lo suyo, explotamos juntos, abrazados, aferrados, jadeando de placer incontrolable, era maravilloso. Jamás imaginé experimentar del increíble placer del sexo con alguien que me triplicaba la edad.
    
    Sin soltarme entramos a su habitación, me dio un pico y me tumbó sobre la cama —¿Cómo te llamas? —Alondra, y tú. —Eso no importa..., ¿qué edad tienes? a lo que contesté -eso ¿te importa? —Realmente no, pero no estaría mal si al menos me decís que no eres una piba ilegal. Le pregunté —Qué edad tienes tú? Solo contesto —Tengo la suficiente experiencia, toma vístete, y no olvides cerrar el zaguán.
    
    Esta historia fue real y sucedió en el año de 1992, se cambiaron los nombres por unos ficticios. Alondra era una joven legal de 19 años, apenas cumplidos y aquel hombre tenía 56 años, jamás se volvieron a ver.
    
    FIN 
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