1. Mi primo, el doctor


    Fecha: 14/04/2024, Categorías: Gays Autor: intps24, Fuente: CuentoRelatos

    ... electricidad que me recorría. Yo solo le indicaba que sí me dolía y que era un poco más abajo hasta que fue llegando a mis glúteos. Mi primo se sonrió un poco cuando le dije que era un poco más abajo. Y me contestó: “estás seguro que aquí te duele primito?” Y su sonrisa pícara me excito todavía más. Yo solo le respondí casi gimiendo que sí. Y que mejor que alguien como él, para que me revisara por completo.
    
    Increíblemente Alfredo decidió ir bajando poco a poco mis boxers para descubrir mis nalgas completamente lampiñas y me dijo: “Pues yo no veo ningún problema primito, al contrario se ven muy bien ee. Y me dio una nalgada”. Al momento los dos reímos un poco y me dio otra nalgada más fuerte. “No seas flojo y mejor vete a clases que no está bien que faltes así nada más a la escuela” me dijo con una voz entre regaño y cachondeo.
    
    El ambiente era ya un poco tenso. Mi primo vestido como médico, estaba sentado en mi cama, nalgueándome y yo casi desnudo. Pero no podía dejar pasar la oportunidad y decidí continuar.
    
    Así que me recosté un poco encima de las piernas de mi primo y levanté un poco más mi culo diciéndole: “Pero que no es labor de un médico revisar bien a su paciente??”. Y mi primo que seguía contemplándome todo mi cuerpo me contestó: “Es que te veo y te puedo decir que estás muy bien primito, no sé ...
    ... cómo nunca lo había notado”. Su respuesta me erizó por completo y di un paso más. “Pues yo sigo sintiendo dolor en mis nalguitas, yo creo que voy a necesitar que las revises más”. Mi primo no contestó nada. Pero dio un fuerte suspiro y comenzó a masajearme las nalgas muy suavemente. Así siguió y poco a poco sus dedos fueron llegando hasta mi ano y siguió masajeando a lo que yo respondía con ligeros gemidos. Después respiró fuerte y me preguntó si le daba permiso de hacerme una revisión más profunda, yo solo le respondí: “por favor doctor, revíseme todo”.
    
    Para mi sorpresa, mi primo me movió al centro de la cama, me dejó acostado boca abajo, y de inmediato se acercó a mi culo lamiéndolo por completo y dándome unas fuertes lengüetadas hasta llegar a mi ano. Yo me sentía en éxtasis. El placer era inmenso.
    
    Yo gemía y gemía de placer. Mi primo seguía lamiendo y decía “que rico culito tienes primo”.
    
    De pronto se levanta y no dijo nada. Pensé que había pasado todo y que ya se marcharía y me enderezo un poco de la cama y volteo a verlo diciéndole: “oye no me vayas a dejar así Alfredo”. Y en eso lo veo quitándose la camisa frente a mí, dejando ver unos pectorales hermosos y un abdomen súper marcado, y con una mirada de lujuria me contesta: “Claro que no, si todavía falta que el doctor te dé una fuerte inyección”… 
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