1. Papá me rompió el culo en la cocina


    Fecha: 12/04/2024, Categorías: Incesto Autor: alexandra love, Fuente: RelatosEróticos

    ... princesa eres una zorrita muy cachonda. —Me dijo ardiendo de lujuria.
    
    —Sí, papi. Soy tu zorrita. Me excitas mucho papi.
    
    Yo estaba contra la barra al centro de la cocina, me incliné en la barra levantando mis nalgas, mientras mi papá se agachaba para lamer mis piernas desde las pantorrillas hasta el culo, deslizando su lengua ardiente sobre mi piel, se acercó a mis nalgas y las lamio y comió a mordidas juguetonas. Se aproximó a mi ano y retiró el plug suavemente. Sentí como el lubricante sabor a cereza se escurrió como miel por mi ano. Mi papá comenzó a lamerme el ano con tal experticia que me estremeció el abdomen y arrebató fuertes gemidos.
    
    —¡Aahhh! ¡Mmjjj! ¡Que rico papi! ¡Aahh! ¡Aayy!
    
    De pronto él introdujo su lengua dentro de mi ano, saboreando mi lubricante sabor cereza. La sensación de sentir su lengua entrando y saliendo de mi ano fue algo hermoso, yo no paraba de gemir.
    
    —¡Aaaahhhh! ¡Ay papi que rico! ¡Aaahhh! ¡Sí mi amor! ¡Mmjjj! ¡Lámeme el culo papi! ¡Aaahhh! ¡Me encanta!
    
    De pronto sentí como se acercó a mis labios vaginales, los que comenzó a lamer exquisitamente, alternando entre mis labios mayores y menores, succionando, mordiendo suavecito y lamiendo muy rico. Ensalivó los dedos de su mano derecha para pasarla por enfrente y estimular mi clítoris. Lo que me hizo comenzar a gemir como pendeja.
    
    —¡Aaaahhhh! ¡Que rico papi! ¡Mmm! ¡Aaaahhhh! ¡Sí, siento muy rico así bebe! ¡Aaahhaaa! ¡Aaahhhhh! ¡Aaayyyyy! ¡Síííí! ¡Aaahhaaa! ¡Ay! ¡Que rico! ¡Sííí, ...
    ... papi así que bien lo haces! —Le decía yo muy cachondamente.
    
    Él continuó dándome cunnilingus durante algunos minutos, después se puso de pie y me jaló del cabello haciendo que me arrodillara frente a él, de una forma imponente y sometiéndome como me gusta.
    
    —Ahora te toca mamarme la verga princesa. Ya sabes como me gusta mi amor.
    
    —Sí, papi. Quiero tu verga dentro de mi boca. La extraño mucho bebe. —Le dije con mis ojos cristalinos.
    
    Entonces desabroché la hebilla de su cinturón, desabotoné y bajé su pantalón hasta el suelo. Su verga estaba reventando de gruesa y excitada, tanto que estiraban la tela de su boxer. Yo mirándolo a los ojos con mi cara cachonda, agarré su boxer y lo bajé completamente, ipso facto, su deliciosa verga quedo liberada, pude verla después de semanas, esa verga tan hermosa, limpia y jugosa, con el vello púbico rasurado de tres días, los testículos afeitados y su glande rosa pidiéndome ser mamado. Yo no pude resistir ni un segundo y en cuanto la miré, abrí mis labios rojos y me tragué esa enorme verga, hasta llegar a la base, impactando mis labios hasta su pubis. Sentí como su glande carnoso y tierno, estaba en mi garganta. Saqué su verga por completo y un hilo de saliva se escurrió colgando de su verga. Volví a meterla en mi boca, lamiéndola, besándola y mamándola, cual si fuese una deliciosa paleta. Yo mamaba sin cesar estaba gozándola, mientras le acariciaba sus testículos con mis manos para después metérmelos a la boca y succionárselos. Se ...
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