1. La directora general


    Fecha: 17/03/2024, Categorías: Infidelidad Autor: Yasemin, Fuente: CuentoRelatos

    ... orgasmo. Podría gritar tanto que estoy disfrutando, trato de contenerme...
    
    "¡Y luego el culo!" agregó.
    
    Me destroza, me folla ferozmente y me llena de semen, dejándome todavía con ganas de mucho más.
    
    “Contadora, creo haber cumplido con sus deseos para mejorar la producción. Cuándo tú lo dispongas puedo pasar por el bis. En una posición tan delicada no podrás negarte a ti misma, ¿verdad?”
    
    No ha terminado de inflarme y ya aparece el chantaje velado. Será divertido. Cuando me recompongo, me comunico con él de una manera muy profesional.
    
    “Ingeniero, antes de asumir que el mío es un puesto delicado, le aconsejo que revise su correo electrónico; hay un video que saqué con mi celular de su secretaria en su oficina. Aunque el el vidrio es esmerilado no deja lugar a dudas... Saludos a su esposa.”
    
    ¡Hacía tiempo que tenía ganas de tener a un semental de ese tamaño con correa!
    
    ¡Qué transgresión de la ética más elemental: nunca mojes el plumín en el tintero del estudio! ¡Qué acción repulsiva el agobio del subordinado! ¡Qué hipocresía inaudita para hacer parecer al débil más fuerte, cuando en cambio su previsible derrota es clara para todos! Por eso odio ...
    ... las corridas de toros. El “toro”, como en esta turbia historia, ya está perdido cuando entra al ruedo, no tiene salida, y cuanto más resista y se enardezca, más sutilmente sádico será su final.
    
    El toro sólo puede salvarse si no está en condiciones de torear, cuando, aunque sangrando un poco, puede salir de la arena acompañado por un rebaño de vacas, traídas para ayudarlo, como para decir que no es apto para su papel.
    
    Eros contiene la locura en sí mismo, o, como sostiene Umberto Galimberti, Eros es precisamente el encuentro con: "¡La locura que vive allí, cuyo lenguaje no se puede codificar con las herramientas de la razón!".
    
    Lo percibo bien como protagonista de esta historia, que en cierto momento parezco "recuperar el sentido" y cuestionar racionalmente mi comportamiento y las consecuencias de mis actos. Para luego dejarme llevar, abrumada por la pasión, sin poder resistir racionalmente lo que es el sabor más intenso de la vida: las emociones.
    
    Creo que la gran mayoría de los lectores aceptarían de buena gana (¿o mala gana?) tal superioridad, y con ella los peligros de este tipo de relación, la subordinación que invade cada aspecto de las relaciones. 
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