1. Elisa fue la culpable (II)


    Fecha: 07/03/2024, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: txuso, Fuente: CuentoRelatos

    ... hice. Me puse tras ella y, empujando despacio, con tacto, se la metí por detrás. Al mirar a Elisa me encontré con la mejor de las sonrisas, entre gemidos y expresiones de placer, afirmaba con la cabeza.
    
    Fóllale bien el culo, amor – inquirió.
    
    Un gemido vino de entre las piernas de Elisa, Leo estaba gozando por partida doble. Me esmeré en aquel culo con entusiasmo, entrando y saliendo con buena cadencia. La fricción era precisa, tremenda. Elisa y yo intercambiábamos miradas cómplices constantemente, lo que además de gustarme y confirmarme la complicidad que existía entre nosotros, me excitaba a nivel máximo.
    
    No pasó mucho tiempo más cuando Elisa empezó a correrse, era una gozada verla así, soltando todo el placer y llenando toda la estancia con sus gemidos y algunos gritos. Leo bajó el ritmo de sus lamidas pero quedó entre sus piernas. Yo seguía follándome a Leo con absoluto gozo. Entonces Elisa se levantó y Leo tuvo que apoyarse en el jacuzzi para no caerse. Para mi sorpresa Elisa se acercó a mí, abriendo sus piernas se sentó sobre la espalda de Leo, de frente a mí, dejando su coño justo donde acababa el culo de Leo. Acariciaba mi pecho, mi cuello.
    
    Me gusta verte así, me gusta mucho – me decía.
    
    Yo sentía una punzada de placer intenso cada vez que me decía cosas así. A veces me besaba, me sonreía, bajaba su mano por mi espalda, incluso algún azote me dio. Debió ver los gestos de mi cara contraerse de placer.
    
    ¿Te vas a correr, amor?
    
    Asentí.
    
    Pronto, sí ...
    ... – le dije.
    
    Quiero verlo salir, ahí, entre sus nalgas, que explote y me salpique – me dijo mirándome fijamente -. ¿Ves lo cerca que está mi coñito? Échalo todo ahí, lo deseo.
    
    Diciéndome esto no dejaba de acariciarme, sus manos en mi cuello, por mi cara, en actitud absolutamente seductora, como solo ella sabía hacerlo. Mi cabeza rebosaba de lujuria y no pude más. La saqué y la coloqué entre las nalgas de Leo, pajeándome con ellas.
    
    Así, eso es – confirmó -, córrete.
    
    Estallé en escasos segundos, disparando todo sobre el culo de Leo y alguna salpicadura sobre el vientre de Elisa, escurriéndose hacia abajo. Entonces seguí frotándome suave sobre su culo, para elevarme un poco más y dejar mi polla sobre el comienzo de la espalda. Elisa se acercó un poco más y me atrapó la polla entre sus labios vaginales, sentándose sobre ella y pegando su cuerpo a mí, acariciándome y besándome. Leo había quedado atrapada debajo, apoyada con sus brazos en el borde del jacuzzi, no decía nada.
    
    Nos separamos y nos sentamos los tres, exhaustos.
    
    ¿Has disfrutado? - Preguntó Leo a Elisa.
    
    Mucho, ha sido genial – me miró -, ¿verdad?
    
    Sin duda, un espectáculo.
    
    Leo pasó una de sus manos por los pechos de Elisa.
    
    Él ya sé que ha disfrutado – le dijo -, me interesa especialmente tu opinión sincera.
    
    Lo he disfrutado – le hizo saber Elisa -, mucho, ha sido genial y ultracaliente.
    
    Leo sonrió satisfecha.
    
    ¿Quién sabe? - Preguntó retórica -. Propongo repetirlo las veces necesarias ...