1. Pendejita trola


    Fecha: 02/08/2017, Categorías: Hetero Autor: ámbar coneja, Fuente: CuentoRelatos

    ... cuando se la sacábamos de repente de la boca.
    
    Entre todo eso Maxi era seguro el más dichoso bombeando lento, sin prisa pero cada vez más encallado en su interior, y alentado por lo que la piba le decía:
    
    ¡así nenito, dale, haceme tuya, dame más pija, dale que soy tu puta guachito!
    
    Como no había otro desenlace posible, primero la nena se comió la leche de Guille y en segundos la mía. Era tan especial ver cómo le chorreaba la carita que hasta le saqué un par de fotos. Medio que se puso nerviosa y empezó a suplicarnos que no las subamos a internet. En eso Maxi se la sacó después de arrancarle la bombacha rota a esa altura, y frotó su músculo fornido sin elegancia pero bruscamente en sus gomas, donde acabó como para reconstruirle la piel.
    
    Enseguida nos hizo reír a todos cuando mientras jadeaba con los ojos desviados dijo: ¡hace dos días que no me pajeaba guachona, porque sabía que hoy iva a estar con el amor de mi vida, y yo le iba a dar toda la leche!
    
    Maxi siempre había dicho que antes de moverse a la Nati se la cortaba. Solo la casualidad pudo cambiarle la opinión.
    
    Pronto ella bailó otra vez exhibiéndose para nosotros en una paja que la hacía gemir como bebita, hasta que luego dio un cruce de miradas fulminantes y dijo:
    
    ¡chicos, ustedes tienen forritos?, porque no quiero quedar embarazadísima de 3 calentones, y menos de un virgencito… qué rica lechita me dieron por diooos!
    
    Esto último lo dijo a la vez que se mordía el labio inferior, aspiraba una baba ...
    ... invisible, se lamía el pulgar y hasta uno de sus pezones. No sé cómo lo hacía pero lograba chuparse las tetas esa cochina, y se la estaba buscando evidentemente. Ella misma nos insinuaba lo que necesitaba cuando se abría la cola con las manos y se dilataba el agujerito con sus jugos y su saliva, o cuando simuló sentarse en el pico de una botella llena de vino.
    
    Maxi se sentó masajeándose la poronga en la mesa ratona, yo la alcé para sentársela encima y, mientras la Nati me la manoteaba para pajearme el gordo comenzaba a empomarle el culo sin reparo ni resistencias.
    
    Guille, después de mandarse un fondo blanco de whisky se sumó para cogerle la boquita parado y descalzo sobre el sillón. Ella no sabía cómo tomar aire en medio de jadeos entrecortados, ríos de saliva y sudor como un volcán y el concierto de groserías que se nos ocurría. El gordo se la siguió culeando a placer, y nosotros con Guille nos alternábamos su boca apretadita pero muy golosa, hasta que la chancha se izo pis mientras se disculpaba. Dijo que le dolía mucho porque Maxi la tenía muy gruesa. Luego, haciendo unos pucheritos para que la perdonemos, olía, mordía y escupía mi slip y el de Guille, cosa que por alguna razón irritó al gordo que le encajó la pija en la boca donde, finalmente le saltó un borbotón infernal de leche a la vez que le getoneaba: ¡mamala putaaa, daleee, chupala bien chupadita nena trolitaaa!
    
    Entretanto el Guille le besuqueaba la conchita meada haciéndole cosquillas. Era hermoso verla ...