1. La bella y el bestia


    Fecha: 10/02/2024, Categorías: No Consentido Autor: Pg19cm, Fuente: CuentoRelatos

    ... asustó y cuando quiso gritar, la mano del hombre tapó su boca. Daniel era fuerte y aparte tenía la ventaja de su estatura (1.94 m), por lo que María no tuvo chances de escapar.
    
    La llevó forcejeando desde el ascensor hasta su departamento, dejando caer la bolsa de pan que ella había comprado.
    
    La metió y trancó la puerta, la tiró al piso y la miró fijamente.
    
    Ella lo miraba con miedo, empezaba a sollozar y suplicar que la deje ir, que no diría nada pero que no le haga daño. Para él, ya no había vuelta atrás.
    
    La agarró del cabello y la levantó, luego rompió la blusa que ella llevaba y la usó para amordazarla, de manera que sus gritos no se oigan.
    
    Ella se resistía, por lo que Daniel comenzó a darle fuertes bofetadas, hasta que María cayó al piso, llorando y temblando de miedo en posición fetal.
    
    Él la volvió a tomar del cabello y la arrastró hasta su cuarto, ahí volvió a cerrar la puerta llave y usó su cinturón para maniatarla.
    
    Ella lloraba, gritaba pero sus gritos eran tapados por la mordaza. Daniel le arrancó el sostén y le manoseo sus preciosas tetas, las chupó y le dio mordiscos fuertes que le dejaban moretones; luego le bajó el short y la ropa interior de una, para poder empezar a manosear el hermoso culo de su nuevo juguete, luego empezó a tocarle la conchita, que sintió húmeda y caliente.
    
    Nunca había estado tan excitado, se sentía poderoso y realizado, estaba cumpliendo su más grande fantasía. La idea de borrar para siempre la sonrisa de la joven y ...
    ... dejarla traumatizada de por vida, lo ponía aún más caliente. Los llantos desesperados ahogados por la improvisada mordaza no hacían otra cosa que alimentar más su deseo y la potencia de la erección que tenía. No aguantaba más.
    
    Luego de manosear a su presa, la tiró boca abajo en la cama y empezó a meterle la verga. María estaba acostumbrada al sexo cariñoso y apasionado de su novio, por lo que la potente embestida de los 23 centímetros del degenerado de Daniel fueron un dolor que no podía soportar.
    
    Sentía que la concha se le desgarraba, mientras él la metía y sacaba con fuerza, a medida que la nalgueaba duramente y la agarraba del cuello; la apretaba contra él y le decía que ahora era suya, que iba a hacer con ella lo que quiera y que desde ahora iba a ser su putita.
    
    Ella lloraba, sentía el dolor en el cuerpo y también en el alma, mientras Daniel gozaba no sólo del cuerpo precioso de su víctima sino de la sensación de poder que le invadía. Se sentía el rey del mundo, mientras sometía a una joven indefensa a su deseo depravado.
    
    Daniel la cogió en varias posiciones, luego sintió la necesidad de ir un paso más y cuando la volvió a poner en cuatro, escupió en el ano de ella y fue metiendo la verga, primero de a poco y luego aumentando la fuerza, hasta penetrarle el culito por completo. Ella, en todo momento pegaba alaridos de dolor, que él paliaba apretando la cara de ella contra el colchón, lo cual casi enmudecía el sonido.
    
    Lo que sí se escuchaba era el golpe de las ...