1. Dia del Padre (Jornada Electoral 2)


    Fecha: 07/02/2024, Categorías: Anal Autor: ElenaRmz, Fuente: CuentoRelatos

    ... como ropa interior, saliendo de mis sandalias, deje toda mi ropa sobre el piso marmolado. Desnuda, procedí a aplicarme los enemas y enjuagarme, preguntándome si estaba siendo observada, avergonzada por este acto íntimo, limpiándome a fondo después del enjuague. Entonces asumí la posición vulnerable que se me exigía, vendándome los ojos. Esperé y esperé.
    
    Cada segundo parecía un minuto, cada minuto una hora, el sentido del tiempo realzado por la falta de mi visión por parte de la venda. Finalmente escuché pasos, luego alguien entrando a la habitación.
    
    Cesar: "Hola, Elena", con voz profunda y tranquilizadora.
    
    Guardé silencio, lo escuché acercarse. Entonces, de repente, sentí sus dos manos en mis nalgas. Eran manos grandes, callosas. ¿Qué me harían esas manos? ¿Me azotarían?
    
    No. No fue así. Las manos acariciaron mis nalgas suavemente, sensualmente, sus movimientos hábiles, practicados.
    
    Yo: "Por favor," respiré pesadamente.
    
    Me masajeó con ternura, sus dedos hábilmente vagaban por mis nalgas, acercando los pulgares más y más a mi húmeda vagi….
    
    Cesar: "Estás empapada, puedo olerte zorra, pero hoy no quiero tu cuca ", se rió entre dientes
    
    No, ¡no buscaba lubricada vagina el buscaba MI ANO!!!, MI CULITO!!!, MI OJETE!!!, más y más cerca.
    
    Me separó las nalgas y de repente me sentí expuesta a su escrutinio, expuesta y vulnerable. Podía sentir sus ojos en mi culo, observando el vívido paisaje de mi ano expuesto. Y luego lo sentí su aliento y sentí algo … sentí ...
    ... sus labios.
    
    Besó mordelonamente mis nalgas, enviando espasmos eléctricos por todas mis extremidades, sus labios cubrieron con besos cada centímetro. Lentamente, tentadoramente, sus labios se desplazaron hacia el centro, al cálido y húmedo espacio entre mis mejillas. Me estremecí, al sentir sus labios en mi ano, besándome, besándome repetidamente. Y luego algo más, su lengua, cálida y húmeda, sondeándome. Me controlaba quería escapar, pero permanecía inmóvil, como ciervo lampreado. Dejé escapar un suspiro involuntario cuando sentí su lengua deslizarse en mi esfínter. Se tomó su dulce tiempo para lamerme el culo. Primero provocándome con ligeros movimientos de su lengua, luego, gradualmente, presionando esa lengua firmemente contra mi ano, lamiendo con más insistencia. Y finalmente sentí su lengua dentro de mí, abriéndose paso en mi pasaje anal. Su lengua parecía más larga que cualquier lengua que hubiera conocido, más fuerte, más contundente mientras serpenteaba dentro de mí. Mis brazos no me sostuvieron y me frente toco la mesa. Y entonces, de repente, se apartó de mi trasero y me tomo de la nuca con su gran mano levantándome mi cabeza de la mesa, se acercó a mi cara, besándome, forzando la lengua que acababa de explorar mi culo entre mis labios. Nuestro beso fue apasionado, realzado por la conciencia de que su lengua, esos labios, habían estado explorando tan íntimamente mi expuesto ano.
    
    Se alejó y se acomodó detrás de mí de nuevo. Me apoyo sobre mis codos, esta vez ...
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