1. Miro como la nueva lo hace con mi jefe


    Fecha: 20/01/2024, Categorías: Voyerismo Autor: elzorro, Fuente: CuentoRelatos

    Me llamo Nuria, tengo treinta y nueve años y estoy casada. La oficina donde trabajo consiste en un espacio diáfano donde los puestos con las butacas de tela y los escritorios se encuentran en islotes, agrupando a los empleados de cuatro en cuatro. Hay cuatro excepciones, el despacho del jefe donde don Antonio, cuatro años mayor que yo, trabaja; la sala de reuniones, los cuartos de baño y una habitación estrecha con microondas, nevera y fregadero.
    
    El martes llegó la nueva, una joven recién salida de la universidad. Llevaba pantalones de licra negros que moldeaban su figura, camisa blanca con escote y el pelo largo y ondulado. Era atractiva y no puede evitar fijarme en como sus nalgas subían y bajaban por turno mientras caminaba sobre los zapatos de aguja camino del despacho.
    
    Diez minutos después salió sonriendo en compañía de don Antonio.
    
    —Esta es Paula, una chica preparada y con ganas de comerse el mundo. Trabajará en el departamento de Nuria, bajo su supervisión. —anunció mi jefe.
    
    "¿Qué podía decir de la nueva empleada una semana después?" Bueno, pues que Paula era lista y tenía mucha ambición. Sus palabras y falsa adulación podían engañar a cualquiera, pero no a mi. Casi desde el principio noté que la nueva persona que tenía a mi cargo era todo menos sincera, dentro de esa cabecita, detrás de esa sonrisa y esos ojazos, existía un ser frío y calculador que no se detendría ante nada. Cada consejo que le daba, cada truco, cada tarea podía ser usado en mi contra si ...
    ... la situación se torcía.
    
    La situación ocurrió muy pronto, el error fue de ella, pero el asunto me salpicó de lleno. Cuando salió del despacho de Antonio supe que me la había jugado, su sonrisa la delataba.
    
    —Nuria, ven a mi despacho.
    
    Me levanté y traté de mantener la calma, durante un instante el nudo que se aferró a mi estómago fruto de los nervios, me dejó sin aire. Por fortuna, me repuse y caminé hacia el despacho.
    
    Lo primero que me reprochó mi jefe fue que no hubiese supervisado a la nueva. Ésta, al parecer, le había vendido la moto poniendo cara de gatito abandonado. Me rebelé, si aquel tipo pensaba que iba a agachar la cabeza estaba equivocado. Podía no ser tan arpía como la nueva, pero no estaba dispuesta a crear un precedente y poner el culo cada vez que esa zorra quisiera.
    
    —Eres tonto. —dije sin pensar.
    
    —¿Qué dices? —replicó Antonio con cara de sorpresa.
    
    —Digo que todos los tíos os volvéis gilipollas en presencia de una joven atractiva. Seguro que la zorra te ha hecho ojitos y te ha ablandado el cerebro con su monserga. Pero para tu información los hechos son los que son.
    
    Después de este arranque salido de la rabia que acumulaba, expuse con respeto y precisión los pormenores del caso. No tuve piedad con Paula. No la merecía.
    
    Después de recibir a un cliente y hacer unas llamadas. Antonio salió del despacho y parándose enfrente de Paula dijo.
    
    —¿Vamos a tomar un café?
    
    —Yo prefiero manzanilla. —respondió la joven cameladora.
    
    —Lo que sea. ...
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