1. La madre de un amigo


    Fecha: 07/01/2024, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Hades, Fuente: CuentoRelatos

    ... de que yo había dicho que quería bajar para comprar más hamburguesas porque esas estaban pequeñas, me dio parte de la suya y yo se la acepté a regañadientes. Le eché el ron a la Kola Román y me la tomé. Keiner, Leila y Shelley se tomaron la poca Pony Malta que había.
    
    Antes de acabarse la película Keiner ya se había dormido. Iban a ser las dos de la madrugada. Salí del cuarto con Shelley y nos sentamos en la sala a hablar mientras me acababa las cervezas que había traído. Hablamos de todo un poco: la rebeldía de Keiner, la dejadez de Sebas, la irresponsabilidad del papá de los hijos, del futuro, de mí, de ella... Y éramos sólo ella y yo en medio de la quietud de la madrugada. Para mí no existía nadie más. Cuando la escuchaba referir sus cuitas yo la miraba y sentía unas incontenibles ganas agarrarle la mano y besarla, pero me aguanté. Al ratico Keiner salió del cuarto y se metió en el baño. Cuando salió, Shelley y yo nos levantamos de las mecedoras.
    
    -Bueno, me voy -dije-. Hasta mañana.
    
    -Hasta mañana, Carlera.
    
    Es más de mediodía. Me acabo de despertar. Trato de leer uno de los libros que he agarrado del nochero, pero el sofocante calor del cuarto me hace levantar de la cama. Salgo para la sala, me siento en el sillón a leer. Las letras se me pierden de vista, tengo que volver a ellas a cada rato. El pensamiento de Shelley penetra en mi mente como un relámpago intermitente. Es inútil. Me paro del sillón. Camino al baño, me quito la ropa y abro el grifo de la ...
    ... regadera. El agua está tibia: empapa todo mi cuerpo, es como un sauna. Pongo el chorro en los genitales. Me agarro el pene, pelo el glande, cae abundante líquido espeso de color amarillo que huele a desinfectante. Semen. ¿Será que eyaculé cuando dormía? Qué raro, no me di cuenta. Me froto el pene con bastante jabón, masajeo los testículos. El glande queda reluciente como la porcelana. Me unto jabón por todo el cuerpo, restriego bien. Me saco el jabón, cierro la regadera y salgo del baño. Entro al cuarto y abro el escaparate, agarro una pantaloneta deportiva y un suéter. Me visto. Me unto desodorante, salgo del cuarto y de la repisa blanca saco el cepillo de dientes, le echo pasta dental y me limpio la boca. En seguida cojo la llave del apartamento y salgo.
    
    Bajo la escalera y camino hasta el bloque de al lado. Entro por la parte de atrás. Voy por el pasillo, llego hasta la primera escalera. Subo al tercer piso y me dirijo al apartamento de Keiner. Veo la puerta abierta, pero la reja está cerrada con llave. Miro al interior, no parece haber nadie, todo está en silencio; aun así toco, chiflando con la boca. De pronto escucho pasos. Del cuarto de Keiner sale Shelley, descalza, con esa licra morada que tanto me calienta y una blusa estampada blanca. La saludo:
    
    -Shelley, ¿qué?
    
    -Ajá Carlera.
    
    -¿Está Keiner?
    
    -Nada. Está haciendo domicilios. ¿Vas a entrar? -pregunta, mirándome a través de los fondos de botella de sus gafas.
    
    -Sí -digo. En seguida ella coge las llaves de encima ...