1. Patitas con leche


    Fecha: 24/12/2023, Categorías: Fetichismo Autor: Ishtar, Fuente: CuentoRelatos

    Descubrí desde la primera vez, hace como 30 años, que amé a José porque se parecía y me recordaba mucho a mi papá. Yo entonces no me daba cuenta de eso, pero después de la epifanía que tuve cuando cogí con José llamándolo “papi”, se me reveló todo. Le escribí a José un correo muy largo donde le confesaba lo que me había ocurrido la última vez que me había cogido al confundirlo, o mejor dicho, al fundirlo con mi padre a quien siempre deseé, pero, mientras él vivió no me atreví a seducirlo.
    
    Le conté cómo escuchaba, y a veces veía, a mis padres haciendo el amor, que al ver en esa ocasión el pito parado de José, recordé al de mi padre listo para cogerse a mi mamá y en ese instante troqué todo. Sentí que tenía, por fin, a mi padre para mí. “No hay problema, mi Estrellita, mi niña, te amo así, con ganas de mí, siénteme como si estuvieses con tú papá y yo trataré de hacerte feliz, mi nena”, contestó. A partir de la siguiente sesión de amor, todo ocurriría entre padre e hija.
    
    Para llevarle de chupar “Patitas con leche” a mi papi (así le digo ahora a José, y él me dice “Estrellita, mi nenita”) tuve que practicar varias veces la masturbación con los pies. Me di cuenta que a mi marido sí le gustaba ver el porno y busqué un video donde estuviese esa acción, para que saliera muy natural mi interés por hacerlo. Una de mis amigas con más experiencia en esos videos, me consiguió uno así que preparé el fin de semana para verlo con Gerardo, mi marido.
    
    En el video, además de mamadas de ...
    ... verga y de panocha, había masturbadas al por mayor. Cuando llegamos a esa parte de la masturbada con los pies, dije “¡Uy!, ¿podré hacer yo esas caricias?” Gerardo se rio y me dijo “Inténtalo, sabes bien que tienes unos pies hermosos” y se puso a besarlos.
    
    Más tarde, me senté en la cama, recargándome en la cabecera y le pedí a mi marido que se acostara con su pene entre mis pies para intentarlo. Estuvimos mucho tiempo. Mi esposo lo disfrutó, o al menos su cara arrecha así lo mostraba, pero no se vino ese sábado. Él se acostó sobre mí y en posición de misionero se movió muy rico y me hizo venir dos veces seguidas, en la segunda vez, él eyaculó en mi interior y, abrazados, nos dormimos.
    
    Al día siguiente, le llevé el desayuno a la cama y puse otra vez el video. “Quiero ver bien cómo se le hace, quiero que te vengas en mis pies”. Dos horas después, Gerardo me dijo “¿Lo intentamos otra vez con tus pies?” Yo sonreí y asentí con la cabeza. Practicamos de muchas maneras, yo de lado, boca arriba, boca abajo y no se venía, pero estaba muy caliente y no aguantó más y se hizo una chaqueta descargando el semen en mis pies. Descansamos. Nos metimos a bañar y, ya vestidos, salimos a comer y al regreso cogimos y nos besamos mucho.
    
    Al siguiente domingo, regresamos relativamente tarde a la casa y ya con el sopor del vino que habíamos tomado en un piano-bar. Después de desnudarnos, él se puso de rodillas en el piso y, con la verga muy erecta y los huevos sobre la esquina de la cama, me ...
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