1. Follando en el autobús


    Fecha: 21/12/2023, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Lara, Fuente: CuentoRelatos

    ... su saliva, mi sexo continuamente penetrado por dos dedos inquietos que también hacían las delicias a mi clítoris, haciéndome gemir en silencio y deseando algo más, ¿pero qué más?, estábamos en un autobús rodeados de gente, tan siquiera éramos los últimos viajeros pues detrás de nosotros iban sentados una pareja más o menos de mi edad. No podía más, necesitaba entrar en acción, quería tener entre mis manos aquella polla que lo había empezado todo con su gran volumen y mientras que era penetrada por sus dedos, yo le desabrochaba torpemente su pantalón sacándole ese miembro que me había apasionado desde que observe crecer dentro de su ropa, pero que ahora era mío y devoraba de arriba abajo dejando un rastro de saliva por todo su contorno, ya los gemidos no eran solo míos, gemidos silenciosos para que nadie se despertara.
    
    Su polla tenía un sabor delicioso, me encanta devorarlas hasta que no pueden más, hasta que tienen que explotar y yo les ofrezco mi boca para que la llenen como una copa de vino, el sabor de su semen, la sensación de poder, de tenerle y de sentir las explosiones dentro de mi boca, de ese néctar caliente que sale disparado a mi interior, quería que me llenara y me alimentara de él, mis manos sobre sus testículos metiéndolos en mi boca despacio y con suavidad, su polla con un vaivén delicioso entre mis manos y mi boca, la succión de su glasé por mis labios y cuando sabía que iba a acabar mis manos se dirigieron a su pecho por debajo de su camisa arañándole el ...
    ... pecho, mi boca subía y bajaba sin más ayuda que mis labios sobre su pene calentándolo más y más, excitándole tanto que empezó a eyacular dentro de mí teniendo que tragarme de un tirón las primeras descargas de su polla.
    
    Se revolvía en el asiento, le oía gemir y me encantaba mirar hacia arriba para verle el rostro siempre que podía, ya que sus manos desde hacía tiempo estaban sobre mi cabeza apretándome contra su polla, los gemidos iban en aumento y salvo la pareja que teníamos detrás, nadie se había percatado de lo que hacíamos unos asientos más atrás, nadie se enteró incluso cuando su polla empezó a liberar la tremenda presión que tenía en los testículos disparando generosamente dentro de mi boca dos chorros de semen que saboreaba y tragaba según me llenaba, un pequeño grito, precedido de un gemido si se pudo oír en todo el autobús, pero la suerte es que prácticamente todo el mundo iba dormido.
    
    Durante unos minutos yo seguí lamiendo aquella polla que por su dureza y grosor harías las delicias de cualquier mujer, no quería que se echara a perder, que se quedara en el olvido cuando perdiera su tamaño como así fue, mis movimientos, mis lamidas como si fuera un helado que se derrite con pequeños mordiscos y movimientos suaves llevando su piel hasta el final para luego liberarla y que aparte de su disposición y muy posiblemente de su excitación, conseguí su fruto, solo unos segundos que quedo muerta, solo eso porque enseguida reaccionó a mis atenciones y una vez más estaba ...
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