1. Mi profesor es todo un profesional


    Fecha: 12/10/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Satine1991, Fuente: CuentoRelatos

    Caminaba nerviosa por el pasillo de la facultad y tan solo se escuchaba el ruido de mis tacones. Ese estado de inquietud me había invadido desde que me asignaron como tutor de trabajo final de carrera al que había sido el protagonista de mis sueños más tórridos durante tantos años de clase, Pablo. Estatura media, de pelo castaño y de complexión normal. Dos cosas habían captado mi atención desde el primer día: sus ojos y sus manos. Ese azul chispeante me ponía a mil y verle explicar mientras gesticulaba hacía que imaginase sus manos recorriéndome.
    
    Era bastante obvio que me había arreglado para él: vaqueros ajustados, camisa azul y zapatos de tacón. Ya habíamos cogido bastante confianza, nos enviamos e-mails diariamente y había estado en su despacho en más de diez ocasiones. Lógicamente no había ocurrido nada, simples roces accidentales, sonrisas y confidencias sobre otros alumnos o profesores. Yo sabía que Pablo estaba casado y que al menos era doce años mayor que yo. Poco importaba eso, yo soñaba continuamente con que me tumbase encima de su mesa y me hiciera suya.
    
    Llegué a la puerta y llamé discretamente.
    
    -Adelante -le escuché decir.
    
    Pasé con cuidado ya que vi que estaba hablando por teléfono. El despacho era compartido y la mesa de Pablo estaba de espaldas a la puerta, por lo que él no me había visto todavía. Vi que llevaba puesto un jersey verde y unos vaqueros. Me senté en la silla que había enfrente de su mesa y solté mi bolso y los papeles que llevaba en ...
    ... las manos.
    
    -No, esa fecha no puede ser. El congreso podría ser más adelante -seguía hablando él hasta que me miró. Yo sabía que estaba diferente. Me había arreglado el pelo (no lo llevaba en coleta como siempre) y maquillado un poco.
    
    - Vale, ya me comunicas lo que decidas. Adiós -colgó y después me sonrió.
    
    - Buenas tardes. Ya te traigo lo que me pediste, a ver si te gusta -le dije mientras le daba unos papeles.
    
    -Sí, seguro que sí. Te veo diferente. Me gusta -respondió mientras comenzaba a leer lo que le había dado.
    
    Yo continuaba nerviosa, quería provocarlo, ver si era tan inmune e indiferente como parecía, así que me quité la chaqueta y desabotoné discretamente uno de los botones de la camisa. Me incliné hacia la mesa y apoyé los codos en ella mirándole.
    
    -¿Y bien? -pregunté en voz baja.
    
    Él levantó la mirada y miró directamente mi escote.
    
    -Pues está bastante bien la verdad. Cumples con mis expectativas-contestó mirándome ahora a la cara.
    
    -Me alegro. ¿Hay algo que pueda mejorar? -intentaba mostrarme lo más ambigua posible.
    
    -Sí. En esos estantes de ahí detrás hay una obra que me gustaría que consultases. ¿Puedes cogerlos? Es el tercero de esos grises, el de arriba.
    
    Me sentí decepcionada pero me levanté y me giré hacia los libros. Tampoco es que el despacho fuese muy grande, apenas tuve que dar dos pasos. Miré los libros detenidamente y notaba su mirada en mi espalda, o quizás mejor, en mi culo.
    
    - Ya sé que parezco un poco lela pero no se a cuál ...
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