1. Ana y Eva hablan de moda


    Fecha: 01/08/2017, Categorías: Bisexuales Autor: vladi, Fuente: CuentoRelatos

    En mi anterior entrega “Anita se va de excursión” os prometí contaros lo que pasó con Guillermo, mi nuevo amigo que parecía que quería poner los cuernos a su novio Álvaro. Yo le puse claro que no quería nada serio, que mi interés estaba en disfrutar del sexo como hembra sin obligaciones, sin rollos sentimentales y cuando se acabase, se acabó sin líos ni ataduras de ningún tipo. Parece que lo’ entendió y me dijo que a él le gustaba vestirse de mujer pero que le daba corte entrar en las tiendas. Me ofrecí a ayudarle y le estuve mandando direcciones de Internet en donde tenían de todo y lo enviaban de forma discreta.
    
    Al cabo de unos días me llamó para decirme que ya estaba bien equipado pero quería que yo lo viese y le aconsejase. Así quedamos en su casa un viernes por la tarde.
    
    Para no perder tiempo me llevé la oficina un trolle y con trapitos así como el maquillaje y la bisutería. De camino a su casa compré una caja de pastas de té porque habíamos quedado en charlar tomando el muy británico té de las cinco ya que se me ha olvidado deciros que Guillermo ero lo que llamamos “un pijo”.
    
    Cuando llegué a su casa me recibió con un batín de seda y se quedó un poco sorprendido cuando me vio con mi traje de trabajo, traje azul oscuro, corbata, gemelos y mocasines negros de perfecto ejecutivo.
    
    Nos saludamos y enseguida acordamos travestirnos y luego tomarnos el té. Él se cambió en su habitación y yo en el baño. Me puse mi vestido rojo apretado y cortísimo con sostén negro ...
    ... con relleno, liguero, tanga y medias negras y zapatos de tacones de aguja rojos. Me pinté los labios de color rojo, sombra negra de ojos y fondo de maquillaje oscurito. Además pendientes, collar, pulseras y tres anillos.
    
    Guillermo salió con un vestido parecido al mío pero de falda algo más larga y de color azul y el resto muy parecido incluso de maquillaje pero además se había pintado el borde de los ojos pero no había tenido en cuenta la bisutería y solo llevaba un anillo. La dije que no estaba muy depilada y que tenía unos pocos pelos en las tetitas, la demostré como estaba yo, que lo único que tenía era el vello púbico recortado en forma de corazón, se lo enseñé y le gustó sobre todo comprobar que lo tenía decolorado con agua oxigenada.
    
    Estuvimos criticando lo que nos gustaba de uno y del otro, le dejé que se pusiera mi bisutería para que viera el efecto, le gustó e incluso tomó nota. Nos sentamos como dos damitas a tomar el té y dado lo corto de los vestidos enseñando ligueros y tangas. Le dije que tenía que tomar otro nombre porque Guillermo no era muy femenino, estuvimos un buen rato considerando nombres y al final le propuse Evelyne que era el de la pianista norteamericana que a mis 18 años (ella tenía 45) me desvirgó y me enseñó cómo hacer gozar a una mujer en una sesión de casi dos días sin parar (ella se había divorciado hacia casi dos años y desde entonces no lo había catado). Le gustó pero prefirió elegir Eva.
    
    Como era de esperar empezamos a comentar ...
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