1. Mi sensual vecina negra


    Fecha: 24/09/2018, Categorías: Sexo Interracial Sexo con Maduras Tabú Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    A pesar de haberme casado con una rubia espectacular como Anita, siempre me gustaron las negras; las de piel bien mulata.Antes de casarme con Ana, estuve un tiempo viviendo mis últimos años de soltería en un departamento de apenas dos ambientes.Allí cometí la mayoría de mis fechorías sexuales, ya que casi todos los días, me aparecía con una mina diferente; por supuesto, siempre lista para coger y aullar durante toda una noche…En esa época tenía como vecina a una mujer dominicana; una negra sensual; bastante baja en altura pero muy proporcionada, con unas tetas duras espectaculares y un culo matador…Además me sonreía y me hacía parar la pija con su cara de puta; era algo tremendo, no lo podría casi describir con palabras.En general me la cruzaba por el edificio; en el palier de entrada o cuando iba a la terraza a colgar ropa lavada. También la veía algunos sábados por la noche cuando salía a bailar; vestida con tacos, vestidos muy cortos o pantalones ajustadísimos a su cuerpo curvilíneo.La verga se me endurecía cuando olía su perfume en el ascensor.Esa hembra tenía un único defecto: era una mujer casada.Pero ese detalle no me preocupaba demasiado. En mi frenesí juvenil, me había cogido a más de una mujer casada, sin sentir cargo de conciencia. O tal vez porque yo era un inconsciente…Lo que me provocaba morbo, era saber que esas mujeres llegaban a sus casa con la concha repleta de mi leche y los maridos les pedían un poco de cariño; encontrando entonces que sus infieles ...
    ... perras ya habían tenido cariño fuera de sus camas maritales…Esta sensual mujer de sedosa piel negra se llamaba Maruja y me tenía obsesionado con la idea de cogérmela.Me parecía que ella también me tenía ganas, por la manera en que me miraba al encontrarnos. Tenía que arriesgarme. El marido era un hombre negro de tamaño enorme; bastante duro y hosco; seguramente me mataría en caso de enterarse…Maruja a veces me preguntaba por las novias que pasaban por mi pequeño departamento; me contaba que a veces los gemidos y alaridos de placer de esas perras no le dejaban conciliar el sueño y, para peor, más de una vez había terminado encerrada en baño masturbándose, mientras escuchaba los aullidos de mis amigas…Me hacía unas tremendas caídas de ojos cuando nos veíamos a solas; pero yo tenía la impresión de que ella no me iba a permitir avanzar mucho más de lo que ella quería.Terminé pensando que era una turra calienta vergas; pero al final supe que ella estaba preocupada que su marido no se enterara.La oportunidad empezó a tener forma un sábado por la tarde.Yo estaba disfrutando de una siesta después de haber trasnochado bastante, cuando me despertaron los gritos de mis vecinos dominicanos. Maruja le estaba gritando de todo a su marido, quien aparentemente la había engañado con otra mujer…Después de gritar e insultar por un buen rato, mi vecina negra finalmente dio un portazo y bajó por las escaleras; se la oía demasiado enojada como para seguirla…Salí al pasillo y pensé en eso; en seguirla, ...
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