MAMI, QUIERO LA NENA! 3 - Relatos Eróticos

MAMI, QUIERO LA NENA! 3

La “digestión” fue como siempre: caricias, lamidas, mamadas, todo muy light, para no entorpecer el “ritmo biológico”. Luego de media hora, más o menos, fuimos al dormitorio. Retire el camisolín de Clara por sobre su cabeza… Ella lo hizo con mi bóxer por los pies, como siempre…, como siempre… lamiendo, como al pasar, la pija, que ya estaba dura. Me acosté boca arriba, esperando que “Clara se la clavara” (sin juego de palabras), en su típica manera: refregándose concha y culo con la pija, antes de guiarla hacia el orificio correspondiente, concha, culo o boca, en donde tuviera más ganas en ese momento.
-Dani…, quiero decirte algo…
-¿Qué pasa tesoro? Dime lo que quieras. Siempre me gusta oír tu voz, tan cálida y dulce…
-En serio… Hablo en serio…
-¿Qué pasa?
-Siento algo…, algo serio…, que no esperaba que pasara nunca. Algo casi totalmente nuevo para mí. No me pasaba en 30 años…
-¿Tendrás un nieto de algún hijo desconocido?
-No, no, no…, hablo en serio… - Nunca había visto a Clara tan inquieta y nerviosa. Le besaba y acariciaba los cabellos. ¡Es tan dulce!
-Dani…, te amo… - Me miró a los ojos y habló en un susurro.
-¡Jajaja! ¡Yo también!
-No es chiste. Lo digo en serio, te amo. Si, me enamoré de vos, desde la primera vez que hicimos el amor…, porque yo con vos no tengo sexo, no cogemos como cualquier pareja. Yo te hago el amor… y siento que vos también…
Yo no sé qué decir. Exactamente eso. No sabía qué carajo decir ni pensar. Siempre pensé que mi relación con Clara ...

... era solo sexo, el más maravilloso del mundo, pero nada de amor. Yo, por lo menos, eso no lo quería desde que falleció mi esposa. No quiero volver a sufrir.
-Yo te adoro. Pero no quería que pasara esto. 
-Yo tampoco…, pero… traté de buscar pretextos para hacerme a la idea de que no era así, así, así…, pero me fue imposible. Te veo y te deseo…, pero de amor… ¡No sé qué hacer!
-Eso quiere decir que a partir de este momento, nuestra relación cambia…
-Nooo…, estoy sufriendo porque faltan tres semanas para que habiliten la nueva vivienda y el kiosco…
-Yo no te pienso echar…
-¡No digo eso! ¡Yo no quiero irme! Pero tengo que hacerlo. No le haré a Laura eso… Metió un montón de plata para una vivienda y un negocio nuevo… ¡y luego no vuelvo! Además vos no tenés el mismo sentimiento que yo…
-Bueno…, trato de no tenerlo. Ya perdí a mi esposa, no quiero volver a sufrir…
-¿Pensás que me voy a morir?
-No… ¡jajaja! No, nada de eso. Pero cuantas parejas “eternamente” enamoradas terminan su relación porque cambian…, porque todos cambiamos, siempre. Hubiera preferido que no pasara esto…, pero… desde que compartís mi cama cada noche…, cada noche te siento como mi esposa. Y ya falta poco para que eso termine. Estoy triste y angustiado por eso. No sé cómo retenerte… Sé que tenés que volver, que no le podés hacer esto a Laura, también lo pensé. Pero no te iba a decir nada. ¡Cagamos! ¡Vos hablaste antes que yo! Pero lo que dije es cierto…
-¿Sentís lo mismo que yo?
-A pesar tuyo…
-¿Por ...