De vivir solo a estar en lujuria e incesto - Relatos Eróticos

De vivir solo a estar en lujuria e incesto

Hola soy Tony de 32 años.  Divorciado desde los 26.  Luego de mi separación compre una casa, pues soy Ingeniero constructor y tengo cierta solvencia económica.  Tengo mi propia empresa.  Me acostumbre a vivir solo y creí que nunca volvería a conformar un hogar.  En el año 2018, mi empresa contrato más personal y tuve nueva asistente, ella es Jeni, de 34 años, mediana estatura, bonito cuerpo, una colita hermosa redondita y muy agradable, ella es madre soltera, quedó embarazada de su hija a los 17 años, o sea que en ese momento su hija tenía 17 años.  Jeni pronto mostró sus destrezas en el trabajo, tanto que ella estaba involucrada en cada cosa que mi trabajo.   Entablamos primero una amistad y luego la invité a salir.  La primera cita que tuvimos terminamos en mi casa, la llevé cargada a mi habitación y sobre la cama nos comimos a besos, nos quitamos la ropa el uno al otro, la puse en cuatro y le chupé sus bellas nalgas y le lamí el ojete del culo, luego ella me dio una deliciosa felación, me chupó la verga y los huevos como una diosa.  La penetré al estilo misionero, ella tenía su rajita caliente y apretadita, lo juro.  Lo hicimos en muchas variantes sobre la cama, ella aullaba cuando se corría, creo que bien pudieron oirla lo vecinos.  No podía faltar cogermela al estilo perruno, pues su colita era divina.  Me corrí dos veces dentro de ella y ella se corrió cuatro ocasiones.  

Los siguientes días lo hicimos donde pudieramos, la cogí sobre mi escritorio y en el sofá de ...

... la sala de espera.  Teníamos un tórrido romance con Jeni.  Parecíamos almas gemelas en la cama, me gustaba mucho el sexo con ella, era muy caliente en la cama y no le decía no a nada.  En la celebración sexual que tuvimos por los dos meses de estar saliendo juntos, le rompí su bella colita, era mi primera experiencia y la recomiendo, solo que hay que planearlo y prepararlo.  Fue un place diferente e intenso, y desde ese día la cojo por ese rico orificio.  A los tres meses de estar juntos, le pedí que fuera a vivir conmigo, es decir Jeni y su hija que llamaré Mishel.  No se porque, pero la hija de Jeni y yo hicimos click, tiene un buen caracter y es un bomboncito, es delgadita, piernas largas, cabello crespo, más morena que blanca y tiene unas nalguitas de ensueño, pequeñas, pero en forma de un ocho acostado.  De no tener nada, ahora tenía dos mujeres bellas en casa y les gustaba andar en ropa muy sexy o con poca ropa.  Mishel me dejaba duro, cuando se paseaba en la casa, apenas con ropa interior y en ocasiones se acostaba en mi regazo o sobre mis piernas, creí que eso era lo normal entre un padrastro y su hija, pero habían cosas que me dejaban que pensar, como un día yo estaba bañándome y ella entró y me dijo que si podía unirse a tomar la ducha conmigo, pues en su baño no calentaba el agua y tenía que irse con sus amigos, apenas pude pronunciar un -esta bien-, ella se desnudó y entró conmigo, pude ver su lindo parche de pelitos en forma de triangulo de su rajita, sus bellos ...