El callejón - Relatos Eróticos

El callejón

... comenzar a lamérsela. Y... me avergüenza. Su glande tenía una algo de suciedad y olía a orina, mientras me acerque los otros dos tomaron mis manos para que tocara sus penes.

Apoyé mis labios sobre su cabeza  y respiré profundamente, el estupido me dijo que oliera todo su pene.

Fui dándole pequeños lametones, hasta que le oí gemir. Lo hice como si me estuviera comiendo una especie de helado... desde la base hasta la punta, para luego, ir metiéndomela poco a poco en la boca, mientras que con la lengua iba rodeando todo lo que entraba. A la altura de la base del glande, en esa zona tan rugosa, él se recostó de lado en la pared. Le estaba gustando. Y me sentí una puta. Y me sobrevino un sentimiento de culpa. Jamás me había sentido tan... hum. Cómo decirlo. ¿Tan zorra, puta?, los otros dos chavos se burlaban de mi y decían las ganas que me tenían y como me harían una puta de la calle.

Por miedo a que le contaron a todos lo que había hecho en mi casa decidí esforzane más en mi tarea. Ya no me importaba nada. Me quedé con su pene metido en la boca hasta donde pude, lagrimeaba un poco, jugueteando con mi lengua, moviéndola ávidamente, como una loca, escuchando sus gemidos que me molestaban. Sentí que me empezaba a mojar, como odie esa sensación. Sentí cómo escurria mi sexo, cómo empezaba a segregar fluidos que me empapaban la tanga. Quería gritar, pero no podía porque tenía una verga metida en la boca y hasta el fondo.

Cuando ya sentí que no podía más, cuando ya estaba ...

... a punto de echarme a llorar, él se inclinó, sacándome de la boca parte del pene por su movimiento, y, cogiéndome de las axilas con ambas manos, me obligó a levantarme. Los tres me empezaron a jalar  me arrancón mi ropa y la lanzaron quien sabe donde.

Los tres me tomaron y me llevaron hasta donde habían unas jardineras que nos escondían aún más en esa maldita callle. Cuando llegamos, los dos amigos empezaron agarrarme las piernas, incluso metían sus manos bajo mi calzón para sobarme con fuerza mi concha. En eso el hijo de Don pedro les dijo que él iba primero.

Uno de sus amigos se le acercó para tomar su lugar y mantenerme sujetada y con la boca tapada, pero cuando hacían el cambio yo aproveché y solté un grito de auxilio, en ese momento uno sacó su celular y tenía abierto el un chat con mi novio vi que tenia los vídeos de mi en la casa y me dijo que Los enviaría  si volvía a gritar.

Eso me dio miedo y me quedé callada. Su amigo se puso frente a mí, metió sus brazos bajo los míos, me jaló hacia él, me dio un beso en la boca, senti su lengua recorrer toda mi bica y con sus palmas en mi espalda me fue empujando hacia abajo hasta que mi cara quedó en su panza y mi trasero algo levantado a merced de esos hombres.

Sentí unos dedos fríos tomar mi calzón para bajármelos, escuche cuando dijo, -esta zorra esta mojada, bien qué quiere que la cojan me voy a quedar con su puta tanga.

Sin decir algo sentí la punta de su verga buscar la entrada de mi vagina, en verdad que su ...