1. EL NEGRO DEL MERCADO


    Fecha: 11/09/2018, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... entre mis piernas. Sus grandes manos, acariciaron mis tetas, y al pasar su lengua por mi sexo, empapado, sentí como me empezaba el cosquilleo, que fue en aumento, en aumento... hasta que me corrí en su boca. Cuando acabé, sentí como el extraño, degustaba hasta el ultimo resquicio de mi monumental y rica corrida de leche blanca, si blanca, soy de las pocas que eyaculan como los hombres. Después se puso en pie. Se desnudó. Volvió a la cama. Puso su gran polla en la entrada de mi vagina y comenzó a meterlo con mucha suavidad. Entraba tan apretada que parecía que me estaban volviendo a desvirgar. La sacó cuando iba por la mitad. Me la acercó a la boca, Me la pasó por los labios. Entreabrí la boca. Tenía unas ganas locas de chupársela, pero no lo hice. Me la volvió a meter en el sexo. Ya entraba mejor. Hasta el fondo, me la metió hasta el fondo. Me estaba follando con muchísima suavidad. Aceleró. Me iba a correr. La volvió a quitar y me la volvió a llevar a mi boca, Se empeñaba en que se la chupara. Mi lengua quería, pero no ...
    ... debía lamer aquel hermoso glande. Giré la cabeza y hice que seguía durmiendo. Cuando me la volvió a meter, me corri. No pude evitar el gran chorro de leche calentita que empàpó su polla, ni los gemidos, por que la corrida fue maravillosa. Era el comienzo de una odiséa de orgasmos. La verdad es que no sé cuantas veces me corrí, pero si no me corrí una docena de veces, no me corrí ninguna.
    
    Cuando el extraño, no aguantaba más, la sacó de mi vagina y me la volvió a poner en los labios. Abrí la boca. La cogí con las dos manos. Se la chupé y se la lamí hasta que senti que se iba a correr. Subí encima de él. La metí en mi sexo. Encendí la luz. Era el negro de los CDes. Me lo follé. Estaba poseída por la pasión. Cuando vi que se iba a correr, lo besé, y después me corrí con él al sentir su leche dentro de mí. Jamás voveré a tener una corrida tan larga y tan intensa. Tan intensa fue, que me desmayé con el placer que sentí. Cuando recobré el conocimiento ya el negro se había ido.
    
    A veces, la realidad, supera a las fantasías. 
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