1. EL NEGRO DEL MERCADO


    Fecha: 11/09/2018, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Tengo 22 años. Soy española, morena, guapa. Tengo tetas grandes y cintura de avista. Mi cabello es negro y largo. LLevo cuatro años casada. Mi marido fue el primer hombre con el que tuve sexo. No tenemos hijos.
    
    La semana pasada, Mi amiga, Equis, y yo, fuimos al mercado, a pasear, ya que somos de clase media alta. Allí, Equis, se acercó a un puesto del mercado, donde un negro, musculoso, de unos veinte años, que lucía unos tenis blancos, una elástica muy apretada, que marcaba su tableta, y unos jeans en el que se veía un gran paquete, y que vendía gafas de sol, cámaras, CDes piratas...
    
    -Show me the dirty CDs -le dijo mi amiga.
    
    El negro, miró para un lado y para el otro, por si venían los municipales, y después le dio a Equis, una docena de CDes, que tenía agachados. Miramos las carátulas, juntas. Había lésbicos, de tema gay, de negros y blancas. Cogió uno de lesbianas jovencitas y otro de negros con blancas y le devolvió los otros.
    
    -¿Cómo sabías que los tenía? - le pregunté.
    
    -Me lo dijo él, mientras me lo follaba.
    
    -¡¿Qué?!
    
    -Lo que acabas de oír. Dos horas de sexo con siete orgasmos. ¿Te animas? Si yo que tengo 39 años, me corrí siete veces, tú con veintidos, te corres diez veces, o más. Puedes hablar en confianza que no entiende el español.
    
    -¡Ni loca!
    
    -¿Y esa fantasía que tenías de que un extraño entra en tu casa por la noche y te folla en la cama de matrimonio? Tu marido no vuelve de Londres hasta la semana que viene, y ya sabes que está haciendo ...
    ... allí, follándose a su amiguita inglesa
    
    -Eso dicen las malas lenguas, pero yo creo que va a trabajar. Y lo de la fantasía, es eso, una fantasía.
    
    -¡Qué ingenua eres! Dime la verdad, pero la verdad. Si está noche el negrito fuese a tu casa. ¿Te harías la dormida mientras te folla?
    
    -Llamaría a la policía -le dije.
    
    Equis, sonrió al negro, que le devolvió la sonrisa. Nos fuimos sin pagarle los CDes. Lo que me hizo pensar que lo que me había dicho mi amiga, era cierto,
    
    Esa noche, después de cenar una ensalada, y de darme un baño, me fui para cama. La noche era calurosa. Estaba sobre la cama, desnuda. Las palabras de mi amiga rondaban en mi cabeza. Me acordé del paquete del negro y de la tableta. Nunca me masturbara pensando en un negro. Para todo hay una primera vez. Me empecé a acariciar las tetas. Pasé la lengua por los pezones y por mis negras areolas. Humedecí un dedo y acaricié los labios del sexo. Cerré los ojos. Metí un dedo y comencé a jugar con él dentro de mi vagina. Poco después, imaginando que me la metía el negro. Metí dos dedos. Ya estaba empapada. Entonces sentí un ruido. Era como si alguien hubiera entrado en casa y después cerrara con llave la puerta principal del chalé. ¿Sería mi marido? ¿Quién sería? Aún me excité más. No podía dejar de masturbarme. Estaba a punto de correrme. Vi la silueta de un hombre en la puerta de mi habitación. Era una figura atlética. Mi marido, no era. Saqué los dedos de mi sexo. El hombre se acercó a la cama. Metió la cabeza ...
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