1. JUGANDO CON LAS VECINAS 3


    Fecha: 23/09/2022, Categorías: Hetero Tus Relatos Autor: Caramelo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... ¡Bárbaro! 
    Me fui nuevamente entre sus piernas. Besé, chupé y lamí bien, bien…, todo… Me erguí y le metí tres dedos. 
    -¡Uy sí! ¡Pícaro! ¡Qué lindo! 
    Le metí el cuarto. Con el pulgar acariciaba el clítoris. Le metí todos los dedos; el pulgar también. La concha de Clara se expandía a toda medida. No en balde tres bebes salieron por allí…, además de las múltiples pijas que deben haber entrado… ¡Metí toda la mano!
    -¡Genial, genial papi! ¡Nunca me la habían metido así! – Clarita estaba eufórica. - ¡Si! ¡Ahora si!
    -¿Tenés algún consolador a mano?
    -Si, acá en la mesita.
    -¿Siempre lo tuviste allí?
    -Lo compré… hace bastante. Compré varios, más que nada para las nenas, cuando comenzaron a venir solas a casa, ya adolescentes. Para que jugaran entre ellas. 
    -¡Muy bien mamita buena! ¡Con razón las puedo coger tranquilo por el culito!
    -¡Y les gusta mucho! Siempre me cuentan cuando se las das por atrás. ¡Están contentísimas! Yo creo que es por eso que están tan contentas de ir a vivir con vos.
    -De cualquier manera las noches son de nosotros. Yo solo deseo estar dentro tuyo como ahora…
    	Clara se inclinó hacia la mesita, siempre con mi mano totalmente dentro de la concha. Sacó el consolador, unos 15 cm, y con la ventosa para asegurar al piso o a una pared de azulejos.
    -¿Para qué lo querés?
    -Quiero metértelo en el culito. ¡Te cogeré a dos puntas, como si tuviera dos pijas!
    -¡Jajaja! ¡Eso es lo que me gustaría! ¡Me encanta la doble penetración!
    -Nunca me lo dijiste…
    -Porque sé ...
    ... que vos no querrías compartir… ¡Y yo tampoco estando vos! ¡Es un sentimiento papi! Cuando te conocí dejé a todos los otros de lado… ¡Para mí sos único!
    	Me acerqué a su rostro todo lo que pude y nos besamos, dulce, tiernamente, aunque yo tuviera una mano dentro de su concha y la otra amasando tetas… ¡Lo qué es dulce es dulce!
    	Clarita levantó las piernas para que yo pudiera introducirle el consolador. 
    -¿Tenés algún lubricante a mano?
    -Si, en el cajón… Tené cuidado… ¡que no se te escapé la mano! ¡Jajaja!
    	Se corrió un poquito, siempre con mis dedos dentro de ella, y con una mano volvió al cajoncillo de la mesita. Tanteó…, hasta que lo encontró. 
    -Esta botellita…
    	Unté el culo y el consolador. Lo fui introduciendo despacito…
    -¡Podés ponerlo todo! ¡Es más chico que vos! ¡Y vos entrás fenómeno! ¡Jajaja!
    	Clarita estaba contentísima. Agarrando el consolador de la ventosa lo hice girar y lo saqué como tirabuzón. Lo volví a meter igualmente…, y así en varias oportunidades…
    -¡Qué lindo es esto papi! ¡Vos sí que tenés imaginación!
    -En realidad lo hago para que estemos entretenidos hasta que esté en condiciones de llenarte…
    -¡Cuándo quieras! ¡Estoy siempre dispuesta!
    	Con cuidado le saqué la mano y me acosté boca arriba. Clarita interpreto la intención. 
    -¿Querés qué te monte?
    -Si, dale.
    	Clara se montó “estéticamente”, como hace siempre, moviendo las caderas para un lado y otro, como si tuviera que buscar la mejor ubicación para que el choto entrara perfecto, siempre ...
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