1. Uno a la mañana. otro a la noche


    Fecha: 27/08/2018, Categorías: Anal Sexo con Maduras Voyerismo Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    Luego de la tremenda enfiestada que le dieron entre el mecánico y el verdulero, a Anita le dolía demasiado la cola y suponiendo que podía tener algún desgarro, fuimos hasta el hospital.El médico que la atendió preguntó si ya habíamos hecho la denuncia policial y nos costó bastante convencerlo que se nos había ido la mano en una desaforada sesión de sexo anal entre nosotros mismos…Por suerte la lastimadura del ano era muy leve y se pudo curar en unos días con cremas y reposo, es decir, sin actividad sexual. Aprovechamos esta situación para dedicarnos bien al sexo oral. Anita me chupaba la pija todas las noches hasta hacerme acabar en su delicada boca y yo disfrutaba lamiendo su dulce y tan delicada concha, hasta que ella regaba las sábanas como nunca.De estos dos tipos no tuvimos noticias en toda la semana, pero el viernes Ana amaneció muy caliente y me pidió que fuéramos hasta la verdulería…Aunque todavía la cola le dolía bastante, me dijo que quería sentir una buena pija endurecida dentro de su cuerpo otra vez.Apenas llegamos, Sergio cerró el local y nos hizo pasar a la trastienda. Allí había una maciza mesa de algarrobo.Condujo a Anita por la cintura y le hizo apoyar el pecho contra la tabla, mientras le levantaba la falda para descubrir que otra vez ella no se había puesto una tanga.El muy bruto quiso meterle un enorme dedo en el culo a Anita, pero ella le dijo que estaba todavía lastimada y dolorida. Había venido a verlo especialmente para sentir su dura verga en la ...
    ... concha y que se la entregaba para que la cogiera y la hiciera acabar una y mil veces.El tipo no necesitó escuchar nada más, gruñó como gesto de satisfacción y dejó caer sus pantalones hasta sus tobillos. Otra vez pude ver su enorme pija lista para empalar a mi mujercita…Se apoyó muy suavemente sobre la cola de Ana y fue penetrándola muy lentamente, disfrutando centímetro a centímetro la entrada de su verga en el interior de esa ya tan humedecida y abierta vagina. Suspiró y le susurró al oído:“Ya sabía que ibas a volver por más pija, pedazo de putita...”Ana comenzó a gemir suavemente. Esta vez la enorme verga no le provocaba dolor sino placer, a juzgar por los jadeos y suaves suspiros que dejaba escapar su boca.Pronto pude comprobar que llegaba a un silencioso orgasmo, mientras temblaba y se retorcía bajo el peso del verdulero, que se dedicaba a su propio placer, bombeándola con largas embestidas, deslizando dentro y fuera su dura herramienta bien lubricada por los fluidos de Anita.Cuando ella alcanzó su tercer orgasmo, Sergio se inclinó hacia adelante y se estremeció en una serie de convulsiones, dando a entender que había descargado todo su semen dentro de Ana.Se retiró muy despacio, besando suavemente a mi esposa en el cuello y diciéndole que su concha caliente y mojada era la mejor de todas las que se había cogido en el barrio…Ana permaneció unos instantes todavía reclinada sobre la mesa, mientras rastros de semen corrían por sus largas piernas hasta el suelo. Luego se ...
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