1. El sofá de cuero negro


    Fecha: 30/07/2018, Categorías: Dominación / BDSM Autor: MorbosaBorealis, Fuente: CuentoRelatos

    - "Ven, ven, que quiero sentirte", te dije tirándote del pelo.
    
    Ante mí, de rodillas, no parabas de besarme el clítoris, no querías parar, pero yo también quería probarte, quería probar tajada. Con tu respiración agitada y mi humedad vaginal, no podía más que querer sentirte. Te lo hago saber con mi mirada, insistente, deseosa, chispeante. Te levantas, y empiezas a besarme, me abrazas, sientes mi piel desnuda en tus fuertes manos. Pero yo te detengo; acababas tú de dominarme y ahora era yo quien iba a dominar la situación.
    
    Mis ganas de tenerte para mí me impulsan a empujarte, de espaldas, hacia el sofá de cuero negro, a unos pasos detrás de ti. Caes de bruces y emites un gemido por mi empujón salvaje; nunca diría que cuando te deseo tanto saco mi brusquedad con tal de poseerte. Me arrodillo ante ti y empiezo a desnudarte, lenta e inexorablemente. Apoyas las manos sobre el cuero del sofá y me miras, comiéndote con la mirada mi pueril desnudez.
    
    Mi deseo por ti comienza su curso. Te bajo la cremallera y de un plumazo te bajo el pantalón. Antes, te curvas un poco para ayudarme con la labor de desnudarte, no en vano, el vaquero cede y cae por tus piernas como la seda. Luego me doy cuenta que llevas los zapatos puestos. De ningún modo quiero que los lleves, con lo que empiezo a desabrochar las cordoneras. Primero el pie izquierdo y luego el derecho. Pero se resisten. Calzas un 44 de pie y yo sola no puedo quitártelos. ¡Malditos sean!, pienso. Me peleo con tus pies y tú ...
    ... acudes en mi ayuda. Tu fuerza me abruma ya que te los quitas con una facilidad espasmosa.
    
    Te ríes de mientras y yo me rio contigo. Me coges la cara, me besas profundamente y, con un beso, callas mi risa.
    
    - "No te desconcentres, nena", me dices ante mi pasividad estando ya descalzo e incorporándote en el sofá.
    
    Me aparto el flequillo a un lado, me subo las gafas al puente de la nariz y te digo:
    
    - "Me encantan tus piernas".
    
    Porque sí, me gustan. Bien tonificadas y con tu tatuaje en el muslo derecho. Quiero acariciarlas, así que pongo mis manos sobre tus tobillos y voy subiendo, poco a poco, hasta tu entrepierna. En el proceso, voy besando tu piel y en un impulso, te insto a que te quites la camiseta para así poder deleitarme con tus abdominales, de gimnasio, perfectos como en más de una ocasión te llegué a decir. Poso mis manos sobre ellos y me conmociono al sentir tus músculos.
    
    Palpo, acaricio... La sensación es excitante.
    
    Pero me centro en ti, en tu cuerpo y viril desnudez. Ahora mismo llevas solo unos bóxeres, y me doy cuenta que son de los Minions. Emito una fuerte carcajada y tiro del elástico.
    
    - "Ayy, que hace daño", me dices torciendo un poco el gesto.
    
    - "¡Pero qué cosa más graciosa tienes aquí!", exclamo yo en clave de broma.
    
    - "Sí, nena, como tu sujetador de Hello Kitty", contraatacas riéndote por lo bajo.
    
    - "Me encantan. Tus bóxers. Los Minions... Y todo tú", te respondo al notar que empiezas a ponerte duro.
    
    - "Arráncamelos", dices ...
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