1. HERMANOS SIN TABU 7. CLASES DE SEXO ANAL


    Fecha: 22/07/2018, Categorías: Incesto Autor: Crystal69, Fuente: SexoSinTabues

    ... pareció raro porqué mi madre era tan abierta al sexo con nosotras. Me planteé en la posibilidad de decirle que mi padre y yo teníamos un rollo, pero no me atreví. —¿Cómo sientes el culo, Estefy? —Mejor. Ya me puedo sentar. —No sabes cómo hacer sexo anal. No te la pueden meter entera al inicio. Tienen que dilatarte, y no anden acostándose con cualquiera. No saben si están enfermos o no. Por otro lado… —nos sonrió con ternura —, creo que ya es hora de enseñarles algunas cosas sobre el sexo. Me sonrojé un poco por la mirada que mi madre nos echó. Estefy, sin embargo, se veía muy interesada en aprender las lecciones de mamá. Cuando mi padre llegó y nos vio a todas en la playa con las tetas al aire actuó con total naturalidad y le dio un flamante beso en la boca a mamá. Ella, sonriendo, le agarró la polla por encima del bañador y se la sacudió. —Ésta es una buena polla. —No frente a las niñas —dijo él, y algo apenado, se alejó de regreso a la casa. Mamá se rió. —Su papá a veces es un poco tímido, pero no se preocupen. Cuando tiene que actuar, actúa. Y nosotras bien que lo sabíamos. La carga sexual en esa casa estaba muy fuerte. Mientras cenábamos salchichas, Estefy no dejaba de comerlas como si estuviera mamando una verga. Se las metía enteritas a la boca y les pasaba la lengua por todo lo largo. Yo me reía en silencio. Mamá tosía de vez en cuando y papá, sentado a mi lado, no perdía tiempo de acariciarme las piernas por debajo de la mesa. Lorena y Ángela se daban tiernos besitos ...
    ... y se alimentaban la una a la otra. —Deja de jugar con la comida —dijo mamá, riendo al ver a su hija menor meterse toda una salchicha a la boca. —Creo que alguien quiere comerse otra cosa… —canturreó mi gemela Ángela. Alec se rió. —Pues a mí se me antoja comerme una empanada. Todos nos reímos, especialmente Lorena. —Yo me como una empanada todas las noches —dijo mirando a mi hermana, y ella le dio un tierno besito en la boca. A mis padres les alegraba ver a mi hermana tan feliz, y también les ponía algo calientes porque en más de una ocasión bromeaban sobre que su hija era una buena come conchas, cosa que a mí me daba risa. Estefy se rió un poco y empezó a tentarnos con la salchicha, dándose con ella golpecitos en la lengua. —Si tanta hambre tienes —dijo Alec —, aquí tengo una bien grande para ti. —Ya quisieras —mencionó ella. —Muéstrala —sugirió mamá. Todos nos quedamos callados, hasta mi papá. Ella sonrió con coquetería —, vamos si en nuestra familia nada es tabú. —Esto… ¿papá? —-Hazlo —rió nuestro padre, al que la situación le estaba gustando. Alec, colorado otra vez, aceptó y se puso de pie para que todos le veamos. Entonces, de un rápido movimiento, se bajó los pantalones. Su polla estaba algo flácida pero grande. Sus huevos colgaban como dos pesados sacos. Incluso Lorena, que era lesbiana, no despegó la vista de ese paquete. Ni yo, que me lo quería comer. —Adelante, Estefy —dijo mamá con voz tranquila. La pequeña pervertida tiñó sus cachetes de rojo y nos miró a todos. ...
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