Con mi chica de la selva (Lima - Perú) - Relatos Eróticos

Con mi chica de la selva (Lima - Perú)

... desperté después de dos horas y ella estaba a mi lado admirando mi erección.

—Tu pene es tan perfecto... duro buen tamaño y longitud... ¡me encanta!

Y empezó la segunda ronda, pero esta vez fue en la sala. Estábamos cogiendo como nunca habíamos cogido en nuestras vidas. Tanto ella como yo lo estábamos disfrutando a mil y, en eso, llegó la movilidad de mis primitos.

—¡Mierda! —gritó ella.

—Aún no estoy para venirme —le respondí.

—¡Ya fue! Acabaremos en la noche. Descansa hasta entonces —me dijo ella.

—¡OK, ok, ok! Mi ropa está en tu habitación, voy a vestirme —le dije mientras corría a su habitación y ella me llama.

—¡RENZO! —a lo que yo volteo y digo:

—¡¿Qué?!

Se acercó a mí corriendo y, como mis primitos se demoraban en sacar sus mochilas de la movilidad y conversaban con sus amigos un rato, me hizo un Deep throat extremo. Me hizo, literalmente, temblar las piernas. Cuando ya no pudo más se la sacó de su boca y me vine en su cara.

—¡Noooooo! ¡hahahaha! ¡Ahora tengo que quitarme todo esto! —dijo mientras se reía.

—¡Lo siento! No pude contenerme —la jalé contra mí para darle un beso en la frente (ahí no le había caído semen, por suerte. Solo en la cara y un poco en el pelo).

Me cambié y fui a ver a mis primitos. Cuando llegué a la sala, vi a mi chica tan ...

... normal... como si nada hubiera pasado. Mi primo me preguntó que por qué estaba ahí y no en mi casa. A lo que yo le respondí que ayudé a "la niñera" con un trabajo del instituto a pegar unas cosas en su cuaderno y que por eso ella tenía "goma" en el cabello. Se le fue la sonrisa de la cara, y me empecé a reír. Le hice una seña de "te faltó limpiarte ahí". Ella fue a la cocina a limpiarse y mis primos a cambiarse el uniforme del colegio. La seguí a la cocina y la volteé cara a cara contra mí. Ella me mira yo la miro y juntamos nuestras frentes.

—¡Renzo, me sorprendiste hoy! —me dijo.

—Y tú a mí! —le dije al mismo tiempo que metí mi mano por debajo de su polo para tocar su pecho.

Se acercó a mi oído y me dijo:

—¡Quiero más! ¿Te veo esta noche?

La besé y le dije:

—¡Apuesta ese traserito a que sí! —le di una nalgada y me fui.

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P.D: Si se han preguntado por qué no he dicho el nombre de la chica, es por mantener su identidad en reservábamos a llamarla "j". Ella y yo ahora somos pareja. En público ella es una señorita y yo un caballero. Pero en privado, somos unos "enfermos" a los que les gusta la "aventura". Ya les contaré más de nuestros encuentros calientes

Espero les haya gustado. Tengo más historias y les garantizo que todas son reales.

¡Hasta la próxima!