1. Un encuentro con mi prima viuda


    Fecha: 20/07/2018, Categorías: Intercambios Autor: comendador21, Fuente: CuentoRelatos

    En esta oportunidad les relataré unos de mis encuentros con una prima viuda, trataré de describir lo más fielmente la ocasión. De más está decirles, que lo relatado a continuación es totalmente verídico.
    
    Esta historia ocurrió hace unos meses atrás, les contaré que mi prima es viuda desde hace unos años, y a quién visito periódicamente, comenzó a estudiar para finalizar sus estudios.
    
    Con ella siempre tuvimos una relación de amistad, prácticamente confidencial; por lo que siempre nos contábamos algunas cosas de nuestra vida, y ella siempre se interesaba por mi vida afectuosa; pero nunca pasábamos los límites de la amistad. Luego de quedar viuda, comencé a visitarla asiduamente, hasta que se presentó la situación de ponerse a estudiar, para regularizar su situación académica, por lo que me pidió que le ayudara en sus estudios, por ser yo un profesional universitario; lo que le haría más fácil sus materias. Yo no puse objeción a su solicitud; así es, que le solicité, me pusiera al tanto de sus materias, facilitándome los programas de estudios, para de esta manera poder prepararme en las enseñanzas.
    
    Después de unos días, nos dispusimos a comenzar con las clases de estudios; las cuales, a partir de ese día, comencé a instruirla diariamente, las clases siempre comenzaban después de nuestras actividades laborales, a eso de las 21:00 h, y, terminando estas ya en la madrugada. Entre tanto, para pasar las horas de estudio, la mayoría de las veces la acompañábamos con alguna que ...
    ... otra merienda, y otras veces, con alguna cerveza, para hacer más amena la sesión de estudios, en esas oportunidades (entre merienda o tragos), platicábamos como siempre, de nuestras vidas, y cada vez llegábamos al plano sexual, ella me preguntaba insistentemente, sobre mis relaciones con el sexo opuesto; por mi parte, le relataba algunas situaciones ocurridas. Una de estas veces, le pregunté ¿cómo hacía ella para satisfacer sus necesidades sexuales?, porque ella había quedado viuda hacía ya dos años, y en ese tiempo sólo se dedicaba a la crianza de sus hijos, y sus actividades laborales, si no se sentía llevada en alguna oportunidad a saciar sus deseos.
    
    Me confeso que en todo ese tiempo, no había tenido ninguna experiencia de tipo sexual, pero que tampoco la necesitaba, ni necesitaba de hombres, como muchos se imaginarían. Le comenté, tratando de adentrarla aún más en el tema, que era imposible que una mujer joven como ella no pudiera sentir algún tipo de necesidad, que eso era ilógico, que de alguna manera, como fuera, siempre estaba latente la necesidad sexual, y que ella como todo ser humano también debiera tener sus necesidades, por lo que yo no le creería si me dijera que por lo menos no se masturbaba de vez en cuando para saciar sus necesidades, y que por mi parte consideraba normal que así ocurriera; a lo que ruborizándose y escondiendo su cara entre sus manos me respondió afirmativamente, diciéndome que últimamente lo hacía con mucha frecuencia; pero que dejáramos ...
«123»