1. Aventura en el metro


    Fecha: 19/07/2018, Categorías: Infidelidad Autor: Cold_P, Fuente: CuentoRelatos

    Esta historia ya la había escrito, pero por alguna razón se perdió y me veo a la tarea de reescribirla. Esto sucedió hace unos años, cuando tenía la tierna edad de 18 años. Tenía poco que había terminado con una chica que se llamaba… “Gabriela” y aún estudiaba la preparatoria en el glorioso CCH-SUR (bachiller, educación media superior, preparatoria, high school o su similar… para los que son de otros países).
    
    Como ya he dicho en alguno de los relatos anteriores, estudiaba en el turno vespertino y generalmente terminaba mis “labores” estudiantiles a eso de las 9 o 9:30 de la noche. Sin embargo, si estás familiarizado con el contexto de México y más en la capital, sabrás que un común denominador en las instituciones pertenecientes a la máxima casa de estudios (U.N.A.M.) son los llamados “porros”. Grupos juveniles que tenían el fin de apagar y/o mitigar los movimientos estudiantiles fuera por el medio que fuera. A grandes rasgos esto es lo que hacían en un principio y fueron pervirtiendo el propósito, de por sí torcido, hasta caer en el vandalismo y algunas otras cosas.
    
    Los porros generalmente hacían visitas regulares a las preparatorias y cch´s para causar estragos en las instalaciones y amedrentar a todos los compañeros. Maestros y alumnos, siempre tenían cuidado y prudencia cuando la revuelta de los porros era latente.
    
    Por tal razón, un martes se había anunciado que “iban a venir los porros”. Para mí, esa visita sería la 3ª que me tocaba vivir y el recuerdo de una ...
    ... batalla semi-campal por defender el plantel (nariz rota, ojo morado y algunas otras heridas menores) pudo más en mí y decidí saltarme la última clase e irme a mi casa, además de que la selección mexicana jugaba esa noche.
    
    Para ahorrar gasolina, ese día no utilicé la camioneta que generalmente usaba para ir a la escuela. Llegué a eso de las 8 de la noche al sistema de transporte colectivo subterráneo (METRO) y me di cuenta de que era “hora pico”.
    
    La estación que tiene su base en la U.N.A.M. estaba desbordando gente. Tras una espera de 10 minutos logre colarme en un vagón y entre apretujones, quedé pegado a la puerta que divide los vagones (los que hayan viajado en el metro de la ciudad de México, sabrán a que puerta me refiero). Apretujado a más no poder y divagando en mi mente no me di cuenta de que me encontraba en una situación… por así decirlo, comprometedora y a la vez, inverosímil.
    
    Por azares del destino y debido a la muchedumbre apretujada dentro del vagón, una mujer había quedado pegada a mí de espaldas. Vestía traje sastre color gris, cabello lacio hasta un poco debajo de los hombros de color negro. Delgada y con un olor delicioso.
    
    Su culo había quedado justo donde descansaba mi dormido instrumento y por motivos de espacio, no me podía mover, ni ella tampoco. Siempre he tratado con respeto a las mujeres y jamás me aprovecharía de una situación como aquella. Incluso aquella ocasión, era lo que menos quería hacer. Es más, ni siquiera estaba pensando en sexo o ...
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