1. Un maduro en una fiesta de adolescentes


    Fecha: 19/07/2018, Categorías: Incesto Autor: DanielitaSexy, Fuente: CuentoRelatos

    —Daniela, ¿te puedes levantar ya? Se nos está haciendo tarde. —Exclamo mi mejor amiga Laura con un tono enojado, me caía mal cuando me ordenaba, sobre todo cuando me obligaba hacer algo que no quería.
    
    —¿Para qué? Te dije que no quería ir a esa fiesta estúpida llena de hormonas locas. —Dije con mi tono fastidiado, pues era verdad, a pesar de sus 19 años, a mi mejor amiga le encantaba ir a fiestas donde había chicos de nuestra edad y siempre me llevaba a la fuerza para que al final terminara regresándome a casa sola mientras ella se divertía con esos jóvenes.
    
    —Ándale, te dije desde el lunes que iríamos, no acepto un no como respuesta, ya levántate por favor, te aseguro que te divertirás.
    
    —Jajaja, llevo aproximadamente 1 año escuchándote decir eso, sabes que, ya cállate y déjame cambiarme.
    
    —Te amo amiga, eres la mejor.
    
    —Si, si lo que tú digas.
    
    **********************
    
    Llevaba ya 2 horas sentada, con el mismo vaso de cerveza y evitando coqueteos de chicos calenturientos, estaba harta de todo, quería irme, pero bien me advirtió Laura: “Si te vas dejo de ser tu amiga y te quedaras sola y amargada el resto de tu vida”, que se joda esa pendeja.
    
    Me levanté y decidí ir a la pequeña pista de baile, la música era horrible, pero con algo tenía que distraerme y sinceramente esos chicos calenturientos no era la mejor opción.
    
    Movía un poco mis caderas casi al ritmo de la música, afortunadamente no era la única mujer que estaba en esta fiesta, había varias, pero ...
    ... creo que yo llamaba más la atención y eso me chocaba, estaba alerta a todo, no quería que nadie llegara a tocarme ni siquiera a rozarme un pelo. De repente voltee y me fije en un hombre mayor a todos estos jóvenes que estaban a mi alrededor, se veía como de 30 o 35, estaba mirándome y no era la cara, se estaba fijando en mi cuerpo, pero se había dado cuenta que deje de moverme así que su mirada se dirigió a la mía, nos quedamos un rato así. Su mirada era muy dura, a kilómetros se veía lo dominante que era, estaba excitándome no solo su apariencia física si no la mirada que en segundos cambio, empecé a moverme de nuevo, pase mis manos por mis pechos grandes, acariciándolos un poco sobre la tela de mi vestido, no me importaba si la música era la adecuada o no, tampoco si habían niños viéndome, lo único que me importaba era él y su gran mirada, le di la espalda y moví un poco mi culo, pasando solo una mano en el, moví mis caderas en círculos hasta quedar otra vez en la misma posición anterior, su mirada era más obscura, así que pensé que el momento había llegado; metí el dedo a mi boca, lo chupe un poco, guiñe mi ojo y sonreí coqueta, el me devolvió una sonrisa encantadora, creo que le gusto mi gesto, el sin dudarlo me hizo una seña con su cabeza, indicándome que lo siguiera y así fue.
    
    Salí a la parte trasera de la casa y ahí estaba el, recargado en la pared apoyándose en un solo pie, se veía realmente sexy, como un jodido modelo, mis bragas se humedecieron mucho más, se veía ...
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