El Intruso Capítulo 9 - Relatos Eróticos

El Intruso Capítulo 9

... gritar, lo necesitaba, muy probablemente los vecinos escucharían, la única ventaja era que éramos una familia ruidosa y los niños gritaban mucho, entonces no sonaría tan anormal los gritos de Lola. Me deje caer sobre ella y mi cadera se movió dentro y fuera ‐ Ay. ay… ay… ay… ayy Me estaba enloqueciendo, hasta la nalguee fuerte y ella gritó, no se si de la nalgada o de que al mismo tiempo le enterré mi verga ‐ Aaayyy La voltee a besarla y vi lágrimas en sus ojos, los tenía cerrados y los abrió cuando la voltee, estaban rojos, pero no parecía asustada, era un dolor insoportable, pero ella lo aguantaba, solo que las lágrimas eran imposibles de parar. Se me quedó mirando directo a mis ojos, no la besé, solo nos piramos mientras mis caderas aceleraron, seguía llorando pero no dejaba de verme, me miraba mientras lloraba y gritaba a cada metida de verga que le daba ‐ Ay ay … ay La sujete de su cara y la aproxime a la mía, quedaron nuestros rostros muy cerca uno del otro, sentía su respiración, sus lágrimas escurrían por su cara lo mismo que su nariz, que liberaba mucha agua, todo esto caía cerca de su boca y al respirar y gritar me salpicaba de agua, eso me excitó mucho y acelere, al hacerlo Lola también aumento sus gritos, en intensidad y frecuencia ‐ Ay ay ay ay ay ay ay ay ‐ Aaahhh Grité yo al sentir como mis huevos liberaban el semen tan deseado por ella, lo inyecte cuan profundo pude, Lola lanzó un doloroso grito ‐ Aaaaaaayyyyyyyy ‐ Gggrrrrrrr Gruñí yo al sentir lo exquisito ...

... de eyacular mientras sodomizaba a Lola sin piedad provocándole el mayor dolor antes sentido. ‐ Aaahhh Gemí por último, al sentir terminar mi eyaculación, me quedé sobre Lola que seguía llorando, sólo que ahora miraba la cama y la mojaba con sus lágrimas, poco a poco se la fui sacando y Lola volviói a gritar, al parecer la sacada fue más dolorosa que la metida, la pobre grito cada que saque una parte de mi verga que por cierto seguía dura, no sé por qué ‐ Ay ay Cuando finalmente la saqué me acosté a un lado de ella y escuche como sus sollozos no paraban ‐ Snif snif Como pudo la pobre se levantó y dio quejidos de mil formas cuando se movió hasta quedar sentada sobre una nalga, y sin dejar de sollozar se agachó sobre mí y metió mi verga en su boca, sentía como chupaba mientras sollozaba, sentía culpa por el dolor que acababa de provocarle, debí imponer mi autoridad y hacerlo como yo sabía, para no lastimarla tanto ni hacerla llorar como lo estaba en ese momento. Dejó de chupar y se acercó a mí y se fue literalmente, desplazando sobre mí, llegó a mi rostro, noté sus labios rojos, estaban manchados con la sangre de su culo desgarrado que se había quedado embarrada sobre mi verga, se subió no dejaba de llorar, se acercó a mi rostro y ahora si buscó mi boca para besarla, yo le correspondí, sentí sabor a sexo y sangre, no me dio asco, al contrario la bese con mucha pasión, mi verga no había perdido erección, ella estaba sobre mí y mi glande se atoró en su introito vaginal, empuje un ...