1. Una pesada broma


    Fecha: 14/07/2018, Categorías: Transexuales Autor: dulces.placeres, Fuente: CuentoRelatos

    Todo empezó como una broma que me gastaron mis compañeros de oficina, en esos días, Gastón, mi hijo menor, cumplía doce años y cuando le preguntamos con mi señora, que regalo le gustaría recibir no dudó en decir ‘un bate de beisbol’.
    
    Hacía ya un par de años que, en su colegio, en educación física le daban esa disciplina y a él le prendió demasiado, pero el beisbol casi ni se practica en mi país, así que donde conseguir un bate?
    
    Y con Sandra, mi mujer, nos pusimos en campaña, fuimos a varias casas de deportes, no abundaban y los pocos que había eran demasiados costosos, buscamos en internet, y fue más o menos lo mismo.
    
    Y ya hacía un tiempo que venía comentando este tema con los muchachos de la oficina, se acercaba el día y no aparecía la respuesta en el futuro cercano, y así fue que, en una de las charlas de almuerzo, mientras hablamos de nuestras cosas, salió a luz lo del regalo, el gordo, que era el bromista del grupo, entre cosa y cosa me dijo:
    
    -Anotá, te paso el celu de Amalia, es una vieja amiga, hacer rato que no la veo, ella se dedicaba a importar artículos deportivos y vivía de eso, quien te dice… a lo mejor tengas suerte…
    
    Y si el gordo, era el chistoso del grupo, bueno, yo era el crédulo… porque se respiraba en la mesa un aire de complicidad y sonrisas disimuladas, pero que tendría por perder? Un mensaje? Una llamada, no era mucho… así que solo agenté el número sin imaginar lo que seguiría en mí vida.
    
    Al anochecer, al llegar a casa, me decidí a ...
    ... mandarle un WhatsApp, busqué su número y escribí
    
    “Hola, me pasaron tu número, puede ser que importes juguetes? busco un bate de beisbol para el cumple de mi hijo”.
    
    La respuesta fue casi instantánea
    
    “No corazón, me parece que te hicieron una broma, yo no soy quien te dijeron”.
    
    Presté atención, me puse los lentes de leer de cerca para ver mejor, abrí entonces su foto de Whatsapp, y ahí comprendí todo, una morena de cabellos largos y enrulados, bronceada, de ojos verdes, con una remera azul eléctrico, adherida, remarcando dos tetas enormes, del tamaño de su cabeza, bastardos… esta chica solo podía ser una prostituta, la foto no dejaba ninguna duda, por lo que cortésmente me despedí de ella
    
    “Ok, discúlpame, soy un tanto crédulo, que tengas buenas noches”.
    
    Me quedé observando su foto, se veía muy bonita, fue cuando entró un nuevo escrito
    
    “Sabes, vi tu foto, me parece que te conozco…”
    
    “No creo” –respondí inmediatamente
    
    “Creo que si… tu cara me resulta conocida…”
    
    Puedo ser crédulo, pero no soy tonto… aprovechando la oportunidad ella evidentemente solo estaba “pescando”, el Whatsapp era su caña, sus palabras la carnada, y yo era el pez que rondaba el anzuelo. Y solo nos escribimos algunas cosas más, le elogié los ojos, me lo agradeció, luego las enormes tetas, y me regaló un smile, hasta que me decidí a preguntar lo que hacía rato quería preguntar, lo que me dejaba adivinar su foto
    
    “Perdón, no te ofendas… pero sos una chica T, cierto?”
    
    “Si corazón… ...
«1234...»