Disciplinando a mi hijastra - Relatos Eróticos

Disciplinando a mi hijastra

Hoy está siendo un día muy largo. La pandemia ha cambiado por completo los mercados y las prioridades de la gente, por lo que en mi empresa aún no hemos conseguido recuperar la estabilidad y nos ha caído una buena bronca de los jefazos. Llego a casa y me encuentro a mi hijastra jugando con su móvil en el sofá, aunque puedo ver que continúa sin tender la lavadora que debía haber terminado dos horas antes.

-Hola, te daban hoy las notas, ¿no? ¿Qué tal ha ido?

- ¡Ay! No me agobies, ya te dije que quiero ser actriz y de eso no hay ninguna asignatura en el instituto.

-Y por lo que veo, tampoco tenéis asignaturas de obedecer a quién te da de comer y paga tus caprichos, ¿no? Anda, tráeme las notas.

Se levanta de mala gana y va a su cuarto sin despegar la mirada del móvil ni un solo instante.

-Toma-dice secamente mientras me da el boletín de notas.

- ¿En serio? ¿Todas? ¿Has suspendido todas y cada una de las asignaturas? ¿Para esto te estoy pagando un colegio privado? ¿Para que no apruebes ni una sola asignatura? - no me lo puedo creer, sabía que no le gustaba estudiar, pero desde que tiene móvil, es imposible verla haciendo algo que no sea abstraerse en el mundo virtual.

- ¡Pero mira que eres pesado! Yo no te pedí que me matriculases en ningún colegio, es más, ya te he dicho que no quiero estudiar, que quiero ser actriz y qué si no puedo serlo, prefiero ser puta y disfrutar de mi cuerpo a ser un viejo amargado como tú. ¿De que te han servido todos tus títulos? ...

... Si no eres más que el monigote que se dedica a dar la cara porque a nadie le interesan vuestros super productos-Responde con la típica rebeldía de quién acaba de cumplir 18 años y aún no sabe de qué va la vida.

- ¿Con que estas tenemos? Pues no te preocupes, que si lo que quieres es eso cumpliré la promesa que le hice a tu madre antes de morir y te educaré para que seas lo que quieres ser. Mañana mismo me paso por tu instituto para cancelar tu matrícula, pero mientras tanto ven aquí, que a partir de ahora me encargaré personalmente de tu educación. 

- ¡Por fin! Parece que lo vas entendiendo, de nada me va a servir haber calentado la silla de un instituto lleno de pijos cuando deslumbre a todos en la gala de los Oscar.

-Esa insolencia te la quito yo ahora mismo. Te he dicho que a partir de ahora me encargo yo de tu educación y lo primero que te voy a enseñar es respeto y disciplina, así que ven aquí- la agarro de la muñeca y tiro de ella atrayéndola hacia mí – Te daré 5 azotes por cada suspenso que has sacado y tú vas a ir contándolos y repetirás la frase “gracias por preocuparse por mi educación, señor” a cada golpe. ¿Te ha quedado claro?

-Si-responde dubitativa. 

Le doy un sonoro bofetón e insisto- ¿Sí, que?

-Si ¿Señor? - es obvio que no esperaba semejante reacción por mi parte, pero desde que su madre murió el año pasado ya no hay quién la controle y no estoy dispuesto a dejar que se heche a perder la hija de la mujer con la que he compartido los cinco ...