Cinco sentidos - Relatos Eróticos

Cinco sentidos

Estaba sola en mi casa pensando en él, y en ese momento decidí llamarlo, cuando contesto note que estaba estresado y con mil reuniones en su trabajo, ya no daba más, fue en ese momento que pensé que algo de sexo siempre relaja, pero no había manera de ser arrancara de sus obligaciones, es por eso que decidí acercarme a su lugar de trabajo. Él trabaja en una oficina con vista a un restorán que está justo enfrente, por eso que decidí hacer una locura.

Entre al restorán y pedí un trago... lo necesitaba... estaba tan caliente pensando en el... en ese momento lo llame y le dije que viera por su ventana hacia el restorán.... cuando vi su cara de sorpresa al verme ahí me sentí aún más excitada... yo iba con un pequeño vestido que dejaba ver mucho de mí, tenía un profundo escote en el cual resaltaban mis pezones excitados de solo pensar en él, en ese momento fue casi instintivo llevar mis manos a mis pechos y acariciarlos suavemente pensando que eran sus manos las que estaban ahí, el mientras tanto observaba detenidamente el movimiento que mis dedos hacían alrededor de mis pezones, entonces sentí una voz, rápidamente saque mis manos, era el mesero con mi trago, creo que vio lo que hacía... ya que su mirada fue directo a mis pezones, la verdad no me importo... al contrario, eso me excito más... ya no solo era mi pareja... tenía otra persona observándome... eso me prendió aún más. Volví a fijar mi mirada en mi pareja y vi como su pantalón empezó a abultarse... y supe que el quería ...

... ver todo lo que yo le quería mostrar, en ese momento deslice suavemente mis manos por mi cuello hasta mi voluptuoso escote y con mi dedo corrí mi vestido para que el pudiera ver mi pezón duro y con ganas de ser tocado, disimuladamente mire al mesero que tenía una mano en su entrepierna tratando de tapar una erección que no había forma de disimular... era muy grande y se notaba... volví a mirar a mi pareja y vi que es también estaba muy excitado... cuando de pronto entro alguien en su oficina... y no pudimos seguir.

Que hacia yo... ya estaba muy caliente... ere inevitable mirar a ese mesero y su gran erección... y sé que para él era igual de inevitable... solo quería surtir ese gran pene dentro mío... y de solo pensar en eso cerré los ojos y mis manos, como si se mandaran solas, empezaron a bajar a mi entrepierna... no traía ropa interior... estaba tan húmeda... mis dedos se movían en la forma exacta... cuando en ese momento volví a escuchar al mesero, me pregunto si necesitaba algo más, como le decía que quería saborear su gran pene y luego sentirlo entrar en mi vagina una y otra vez, por lo que lo mire a los ojos directamente y le pregunte si me conducía al baño de damas, el sonrió y me llevo al baño... cuando llegamos ahí me dijo que era una mujer muy hermosa y supe en ese momento que esa era la puerta de entrada a su pene, y con decisión le dije, ¿quieres conocer más de mí?, él sonrió, cerró la puerta por dentro y sin pedir permiso me tomo fuerte entre sus brazos y me ...